Trump, mal político, buen negociador
Más que un político, Trump es un gran negociante. Por algo llegó a ser uno de los hombres más ricos de los Estados Unidos. Con el posible acuerdo con México para reemplazar al Nafta, después de 26 años de vigencia, ha demostrado que tiene un estilo especial para manejar la diplomacia comercial: primero hace declaraciones agresivas y frontales para confrontar con sus posibles socios, luego denuncia prácticas que le son contrarias a su país, amenazando levantarse de la mesa de negociación, para después bajar el tono y sentarse a conversar en condiciones más favorables.
El hecho se presenta como un triunfo para Trump, quien llegó a calificarlo como “posiblemente el peor tratado de libre comercio firmado en la historia, en cualquier parte del mundo”.
Esta táctica la acaba de usar con México, pues se ha llegado a considerar que los dos países recientemente han alcanzado un acuerdo bilateral preliminar para revisar partes del Tratado Comercial de América del Norte que estuvo a punto de colapsar por las críticas que hacía Trump. Se acordó, además, que cambiarán el nombre de Nafta para que se llame Acuerdo de Comercio entre Estados Unidos y México. FALTA CANADÁ. Resulta que el mayor socio comercial de Estados Unidos es Canadá y como en el Nafta también estaba Canadá, las negociaciones con Ottawa ya comenzaron y no van por buen camino. Trump, con el estilo ya descrito, dijo que Canadá puede ser un acuerdo separado, amenazando con la posibilidad de dejar a su vecino del norte fuera del pacto si no acepta negociar de manera justa.
La ministra canadiense de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, a través de un comunicado dijo que la firma de su país “es requerida” para renovar el Nafta, y subrayó que “el avance” entre México y EE. UU. es una condición necesaria para cualquier acuerdo global”. Añadió que Ottawa solo suscribirá un nuevo pacto si este es “beneficioso para Canadá y la clase media del país. PUNTOS DIFÍCILES. Son aspectos difíciles para tratar con Canadá, el acceso a su mercado lácteo y el mecanismo de resolución de controversias previsto en el TLCAN, que Washington pretende cambiar. Trudeau rechazó rotundamente la exigencia estadounidense de abrir el acceso al mercado lácteo de Canadá en un TLCAN 2.0. El Gobierno canadiense establece desde los años 70 las cuotas de producción y el precio de la leche, lo que termina costando un poco más a los consumidores, pero otorga a los agricultores un ingreso estable.
El gobierno de Trump notificó al Congreso, el 31 de agosto, el acuerdo con México, lo cual permitiría cumplir el plazo de 90 días requerido para que la firma sea antes del 1 de diciembre, cuando Peña Nieto entregue el poder a Manuel López Obrador, un izquierdista escéptico del libre comercio, satisfecho sin embargo, con lo negociado.
Los analistas consideran que, en el corto plazo, Estados Unidos ha salido ganando, ya que tiene mayor poder de negociación por la dependencia económica mexicana. Más del 70 % de las exportaciones de México van dirigidas a su vecino. HERENCIA POLÍTICA. El actual primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, es hijo de Pierre Trudeau, considerado el refundador del Canadá moderno. Primer ministro en dos periodos, su renuncia fue anecdótica.
En el gobierno del presidente Hurtado, en la reunión que tuvo con varios países de Latinoamérica, se acordó hacer gestiones para que se condonen las deudas que dichos países tenían. Para realizar esas gestiones en Canadá, se designó al expresidente Galo Plaza Lasso por su enorme prestigio en el ámbito internacional. Me correspondió, como embajador en Canadá, recibirlo y acompañarlo en las conversaciones que mantuvo con Trudeau. Fue una charla muy interesante y Trudeau prometió que se estudiaría esa petición. Por la noche cayó una fuerte nevada. Al día siguiente la principal noticia era que Trudeau había decidido renunciar. ECUADOR BUSCA UN ACUERDO. Según se ha anunciado, Ecuador busca un acuerdo con los Estados Unidos a la brevedad posible. Que estos antecedentes sirvan para que se nombre un equipo bien preparado para negociar y obtener el mayor provecho, tomando en cuenta con quién se va a negociar.