Revolución inconclusa de Kofi Annan
Durante su distinguida vida y carrera, Kofi Annan defendió muchas causas globales; sin embargo, en su calidad de persona originaria de Ghana, tenía una especial responsabilidad con África, donde el tema más importante para él fue combatir el hambre y estimular el crecimiento a través de la agricultura. Durante su mandato como secretario general de las NN. UU., Annan, quien murió el mes pasado, a menudo se preguntaba por qué gran parte del África -con su abundancia de tierra fértil y agua dulce- no había logrado convertir la agricultura en un activo. Incluso, comisionó un estudio para la ONU de análisis por qué las reformas agrícolas que en Asia y América Latina sacaron a millones de la pobreza y aceleraron las transformaciones económicas- pasaron por alto al África. Concluyendo que si bien los agricultores de África tienen el potencial de satisfacer las necesidades nutricionales del continente, no pueden hacerlo solos. Lo que lo llevó a abogar por una “revolución verde exclusivamente africana” para aumentar la productividad agrícola, lo que se convirtió en la base del Foro sobre la Revolución Verde en África (AGRF). El sector agrícola ha recorrido un largo camino desde el 2010, cuando Annan presidió la primera reunión de AGRF en Accra. Hoy en día, los gobiernos de todo el continente, incluyendo el de Ruanda, que es el país anfitrión de la reunión de este año, han situado a la agricultura en el centro de sus políticas socioeconómicas. Este enfoque está creando empleos y mejorando la seguridad alimentaria y la nutrición, a la par de que alianzas innovadoras están ayudando a construir agronegocios más viables e inclusivos. A pesar del progreso, millones de africanos continúan sufriendo de hambre y pobreza extrema. Ahora que los líderes se preparan para otra ronda de discusiones del AGRF, la visión de Annan de un África segura y próspera en materia de alimentos es más relevante que nunca. En la actualidad, desafíos clave están impidiendo el progreso agrícola de África: 1) Los gobiernos de África deben cumplir los compromisos de asignar al menos el 10 % del gasto público a la agricultura. 2) África necesita un sistema de rendición de cuentas para medir las políticas y el progreso comparándolas a los indicadores clave de rendimiento, respaldar una nueva iniciativa del panel ‘African Leaders for Nutrition’. 3) Los donantes regionales e internacionales deben dirigir más ayuda a los millones de pequeños agricultores que dependen de la agricultura para sobrevivir e integrarse en las cadenas de valor agrícolas, pero no sin antes aumentar la productividad agrícola y mejorar los rendimientos, necesitan acceso a semillas y fertilizantes de alta calidad, financiamiento innovador y tecnología moderna. 4) Se debe aumentar el volumen del comercio agrícola entre países, lo que se puede lograr mediante la armonización de las reglamentaciones comerciales, abaratamiento de los costos de transporte, la reducción de los aranceles, mejora de las instalaciones de bodega y almacenamiento en frío. Finalmente, todos los que participan en el fortalecimiento del sector agrícola de África -desde donantes hasta agricultores- nunca deben olvidar el poder transformador de las alianzas. Ahora que Annan ya no está, depende de nosotros, los que aún estamos aquí, garantizar que su visión de libertad para África se convierta en realidad.
Si bien el portafolio de ocupaciones pos-onu de Annan, abarcaba desde la construcción de la paz en Siria hasta el diálogo político en Kenia, nunca dejó de abogar por los pequeños agricultores de África’.