Colegios colocan alambres de púas para mayor seguridad
Los robos en sus instalaciones y las continuas fugas de los estudiantes, obligaron a tomar la medida ❚ Algunos padres la aprueban, otros la rechazan
Alambres en las rejas, candados y cadenas en las puertas, concertinas (alambres de púas o de cuchillas) sobre los muros, cámaras de seguridad colocadas en puntos estratégicos, reflectores más potentes...
Todo indica que se trata de una empresa que en sus bodegas almacena mercadería muy costosa, o tal vez de un recinto de alta peligrosidad. Pero no, son unidades educativas fiscales de Guayaquil cuyos directivos decidieron adoptar medidas drásticas para frenar los crecientes niveles de inseguridad que están viviendo, no solo por los asaltos a sus predios, sino también por las escapadas que se dan los estudiantes durante la jornada de clases.
Esta modalidad de blindaje también ha sido utilizada en parques, malecones, sectores turísticos, residencias y urbanizaciones, precisamente para prevenir la delincuencia.
Y en las instalaciones educativas no ha sido la excepción. En el colegio fiscal Leonidas Ortega, ubicado en la ciudadela Floresta 1, hace dos semanas se colocaron concertinas en el perímetro lineal de la entidad donde se educan más de 1.600 estu- diantes en tres jornadas. Además, se instalaron 16 cámaras de vigilancia y cuentan con un botón de pánico que con solo oprimirlo, en menos de tres minutos la policía está en el lugar para registrar la novedad.
Virny Dávila, rectora del plantel, cuenta que el colegio ha sido víctima de robos en dos ocasiones. Se llevaron dos computadoras y violentaron el bar escolar. “Los ladrones trepando por las paredes durante la noche aprovechando que no hay guardián”, lamentó, al señalar que ahora las cosas serán diferentes.
Una situación similar se vivió en el colegio Eloy Alfaro, ubicado en la ciudadela 9 de Octubre, en el sur de la ciudad.
“Hace cuatro meses varios chamberos entraron al colegio y se llevaron bancas, computadoras y otras elementos”, recuerda Marcos Monserrate, rector de la entidad, donde también se han colocado alambres de púas y se han instalado cámaras de seguridad.
“Con estas medidas los estudiantes se sienten más controlados y no pensarán darse sus escapadas”, anota.
Algunos padres de familia aplauden la medida, porque brindarán más controles, según mencionan; no obstante, otros la cuestionan por considerar que afea la imagen del plantel. “Ya no parece colegio, sino una cárcel”, dijo Dora Molina, una madre de familia.
En cambio, Pedro Salazar, otro representante, cree que cualquier medida que se adopte es poca para garantizar la seguridad de los chicos.
Entre los estudiantes también hay algo de temor. Ellos piensan que su privacidad será vulnerada.
LA FRASE Esta medida se la debió adoptar hace tiempo. Se hubiera evitado muchos robos y tanta indisciplina. EL BLINDAJE ES GENERAL