Diario Expreso

Los controles no merman ataques a bala en el sur

Un hombre fue asesinado mientras disfrutaba un partido en una cancha ❚ Un perro terminó baleado por defender a su amo

- REDACCIÓN EXPRESO ■ GUAYAQUIL

Con garras y colmillos, así defendió un pastor alemán a su dueño, del ataque armado que recibió en su vivienda. La víctima sobrevivió a la arremetida, pero su mascota terminó en un hueco.

El hecho ocurrió a las 19:00 del martes, en el solar 10 de la manzana 515, de la cooperativ­a Valladolid, en la isla Trinitaria (sur de Guayaquil).

Según la hermana de Rubén Solórzano Cedeño, dos sujetos tocaron fuertement­e la puerta de su casa. Su hija de 6 años abrió, lo que fue aprovechad­o por los desconocid­os, quienes a empujones ingresaron y con un arma de fuego dispararon a su familiar.

EL DETALLE Controles. Desde el pasado viernes, 400 policías de otros regimiento­s del país se sumaron al control específico, en 40 puntos críticos de Guayaquil.

Solórzano recibió un balazo en el tórax. Cuando le iban a seguir disparando, de súbito su perro salió del dormitorio y se abalanzó contra los delincuent­es, para morderlos. Ante la reacción del animal, uno de los individuos alzó su arma y le disparó al can.

Tras la huida de los criminales, la víctima fue trasladada a una casa de salud, mientras que su mascota fue llevada hasta el patio de la casa, donde la sepultaron.

El violento hecho, del que se desconocen los motivos por los cuales Solórzano fue baleado, ocurrió dos horas antes del crimen de William Alexis Guerra Trejo, también en el sur de la ciudad. Donde, a pesar de los controles policiales, no cesan los ataques armados con similares caracterís­ticas: dos sujetos, en su mayoría a bordo de motociclet­as. Se dirigen directamen­te a su blanco para descargarl­e el arma de fuego. ¿Los motivos? Aparentes ajustes de cuenta, venganza, microtráfi­co.

En el caso de Guerra, sus familiares y amigos desconocen los motivos que tuvieron los sicarios para quitarle la vida al joven de 26 años, quien laboraba en el cantón Salinas.

Se sospecha que sea por alguna venganza personal, aunque las autoridade­s están atando cabos para encontrar a los culpables. Parten con su registro de antecedent­es: Una detención en 2010 por robo; y otra en 2016 por supuesta tenencia de droga.

Lo cierto hasta ahora es que la víctima aprovechó que estaba en Guayaquil para visitar a sus padres. Eran las 21:00 del martes, cuando decidió observar un partido de vóley que jugaban en la cancha de su barrio. Estaba atento a las jugadas y aplaudía. De pronto, dos balazos en su cuerpo cambiaron su ánimo. Dos sujetos a bordo de una moto llegaron hasta la manzana 39 de la cooperativ­a Río Guayas del Guasmo Central, a una cuadra de la casa donde habitaba la víctima; y, sin detenerse a decir una sola palabra ante quienes estaban alrededor de la cancha, le entraron a bala.

La víctima intentó correr para esquivar a sus verdugos, pero no pudo. Apenas avanzó unos cinco metros y cayó. En ese momento los asistentes prefiriero­n quedarse callados por temor a que los asesinos repartan más balas y la desgracia sea mayor.

Los jugadores y vecinos que alentaban a los equipos se lanzaron al piso. Cuando vieron que los sicarios dejaron de disparar y huyeron, la barriada corrió para ayudar a Guerra.

Intentaron reanimarlo, pero la hemorragia provocada por las heridas no paraba. A los pocos minutos falleció.

“Los asesinos entraron al sitio y solo se dirigieron a él (víctima), quienes estaban observando el duelo salieron corriendo para evitar que alguna bala les haga daño”, comentó el fiscal de Flagrancia, William Velásquez. El juego terminó por esa noche. Los moradores estaban tan asustados que prefiriero­n encerrarse en sus casas, por temor a una nueva balacera.

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