Basta de tanta paradoja
Es una paradoja lo que sucede en nuestro país. Cuando creemos que se camina correctamente para solucionar los graves problemas que afectan al Ecuador, súbitamente surgen imponderables que detienen el avance de las gestiones que se realizan. Esto es lo que sucede en estos momentos.
Cuando se constituyeron por mandato del pueblo en la consulta de marzo, el Cpccs (T) y el CJ (T) para que evalúen a todos los miembros de las distintas instituciones que fueron designados por el anterior Cpccs, los ecuatorianos creímos que ahí estaba gran parte de la solución para la reinstitucionalización del país. De pronto, para asombro de todos, surge una disputa entre miembros de las dos instituciones en transición, que pudo haber tenido alguna base, pero que no debió haber sido motivo para que se escandalice al país al extremo de haberse llegado a tomar la resolución por parte del Cpccs (T), con el voto salvado de su presidente, para que el Consejo de la Judicatura transitorio no pueda llevar a cabo la evaluación de los jueces de la Corte Nacional, con lo que se detiene el propósito de los cambios trascendentales que demanda la justicia para que pueda ser tal.
Esto ha creado un gran malestar en el pueblo ecuatoriano, porque surge una vez más la desconfianza. En este momento existen actos de corrupción que son los que posiblemente se pretende tapar con estos procedimientos a los que nos referimos. Bien conocíamos que en cuatro meses no podía desbaratarse la estructura jurídica perversa que construyó el correísmo. Que es indispensable un mayor tiempo.
Quienes están implicados en
Quienes están implicados en los delitos de corrupción, que se dicen “perseguidos políticos”, deben estar empujando el carro para que la reinstitucionalización no se produzca’.
los delitos de corrupción, que se dicen “perseguidos políticos”, deben estar empujando el carro para que la reinstitucionalización no se produzca como quiere el pueblo. La ciudadanía debe hacerse presente masivamente para exigir que lo que se pretende hacer no surta efecto, y que se avance en la evaluación y designación de los nuevos operadores de justicia en forma normal para que vuelva la confianza al pueblo ecuatoriano, porque hay que comprender que no hay paz sin una verdadera justicia.