La doma de potros chúcaros, una tradición que está intacta
En Milagro el rodeo fue parte de los festejos por los 105 años de cantonización ❚ En el evento se inscribieron las criollas bonitas de los pueblos cercanos
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Jinetes de seis haciendas demostraron su dominio sobre los potros chúcaros. Se concentraron en la vía Milagro-virgen de Fátima, donde dieron un gran espectáculo montados sobre briosos corceles.
Unas 1.300 personas disfrutaron de la fiesta del rodeo montuvio, considerada Patrimonio Nacional. Este espectáculo se ha convertido en una tradición para los milagreños, teniendo como objetivo principal el rescate de la cultura local. “Si otras ciudades tienen sus tradiciones, por qué nosotros no (podemos) rescatar la nuestra”, mencionó Arturo Villegas, organizador del evento en honor a las fiestas de Milagro.
Música, baile y las destrezas de los jinetes con sus caballos marcaron la tarde y parte de la noche del 16 y 17 de septiembre, en que Milagro celebró el centésimo quinto aniversario de cantonización.
Fue un festejo del que no solo disfrutaron los milagreños, pues llegaron jinetes de haciendas de Yaguachi, Salitre y Naranjal. También hubo espectadores que acudieron de otros cantones, guiados por el amor a los caballos.
Ariana Idrovo, por ejemplo, es una joven que llegó desde Naranjito para disfrutar del show. Dice que cada año visita Milagro junto a su familia por sus fiestas de cantonización, no solo para divertirse en los conciertos gratuitos, sino por su pasión por los equinos. Aunque no tiene raíces montuvias, es amante de las destrezas y habilidades de los jinetes.
Con esto coincide Carolina Bernal, quien llegó desde La Troncal exclusivamente para disfrutar del evento. A ella, según cuenta, lo que le llama la atención de este tipo de espectáculos es la vestimenta de los jinetes y cómo combinan los colores.
Las modalidades de caracoleo, monta de cepo, mejor uniformado, Criolla Bonita y Reina Rodeo recibieron premios durante el desarrollo del evento. En esta ocasión, Mónica Reyes, de la hacienda Gramaja de Naranjal, fue designada Reina Rodeo; mientras que la niña Rosa Albán, de la finca Caimito de Yaguachi, quedó como Criolla Bonita.