El silencio reina tras 180 días
Familiares denuncian que exfuncionarios han aportado poco en la investigación ❚ Ponen sus esperanzas en el seguimiento que hace la Comisión Interamericana
Tristeza e indignación que se convierte en fortaleza. Los familiares de los integrantes del equipo periodístico de diario El Comercio, Efraín Segarra, Javier Ortega y Paúl Rivas recordaron ayer los primeros seis meses de su secuestro en la frontera norte.
Aunque la nostalgia no se ha ido ni un solo instante, desde el 26 de marzo pasado, la fecha se hizo más simbólica por lo poco o nada que han avanzado las autoridades ecuatorianas en la investigación y la actitud “olvidadiza y displicente” de los exfuncionarios que trataron el caso en su momento.
Yadira Aguagallo, pareja sentimental del fotógrafo Paúl Rivas, considera que desde el primer momento que se conoció del plagio se empezó a producir una “vulneración de derechos” y ocultamiento de información que no ha cambiado 180 días después.
“Con decir que hasta hoy no tenemos una versión oficial de cómo las autoridades se enteraron del secuestro. Dijeron que el Municipio de San Lorenzo recibió la llamada. El exministro de Defensa, Patricio Zambrano, que le informaron los directivos de El Comercio, el exministro del Interior, César Navas, que le informó la Dirección General de Inteligencia”, dijo Yadira a EXPRESO.
A esto se suma la versión de un oficial de la Policía que habría dicho que se enteraron del secuestro por una fotografía que fue enviada por los delincuentes, al mando de alías Guacho.
La Fiscalía, por su parte, no ha respondido a los pedidos de evidencia testimonial y documental que hizo en junio el abogado de los familiares. Apenas se ha convocado a un periodista para que rinda su versión y no ha facilitado la entrega de los perfiles de los agentes de la Unidad Antisecuestros (Unase) que actuaron mientras duró el secuestro que terminó con el asesinato de los tres.
Christian Segarra, hijo de Efraín, dijo a este Diario que esa actitud de las autoridades es la que más fuerza les da para continuar exigiendo que se haga una investigación exhaustiva. Él reconoce que a su padre no le habría gustado que abandone en mitad del camino una lucha de este tipo.
“Estos seis meses han sido muy difíciles por la cantidad de obstáculos que hemos encontrado, pero paradójicamente eso es lo que nos impulsa a levantarnos para ir a trabajar y luego ponernos a revisar cientos de expedientes sobre el caso”, dijo.
Ellos esperan que las respuestas que no han podido tener dentro del país puedan ser encontradas por el grupo de seguimiento que creó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La abogada de este organismo, Luz Adriana Camargo, ha revisado cada detalle del expediente, pese a que la Fiscalía no le ha dado las facilidades, informó Yadira.
A Galo Ortega le indigna que hasta ahora no le hayan entregado las pertenencias que fueron recuperadas de su hijo Javier. También que se les haya dicho a los propios familiares que deben buscar un experto informático para acceder a un dispositivo electrónico que fue encontrado y hasta los reactivos para hacer algunas pericias. Él ha encontrado algo de consuelo recopilando fotografías y otros recuerdos que en el futuro colocará en la habitación que ocupaba Javier y que la mantiene inalterable.
LA FRASE Da rabia palpar cómo se manejó y se sigue manejando el caso, pero seguiremos buscando verdad y justicia.