Expertos dicen que el ceibo y la Aerovía no podían convivir
El debate sobre el árbol talado se traslada hacia urbanistas y biólogos
Hay posiciones radicales relacionados con la reciente tala -hace nueve días- del ceibo ubicado en la intersección de avenida Quito y Julián Coronel. Una de estas la sostiene Molina, también docente investigadora de la UEES: “No caben los ceibos en los parterres”.
La catedrática se refiere a la existencia de este tipo de árboles, con enormes copas y raíces profundas. También hay quienes consideran que la reacción de ecologistas, es solo la punta de iceberg.
“Es una disputa de más fondo entre ambientalistas y Municipio”, afirma Patricia Sánchez Gallegos, arquitecta investigadora de la Universidad de Guayaquil. Se refiere a que los activistas “demandan una política ambiental de siembra de árboles, no tala de los existentes. Si hubiera una política ambiental la tala de un árbol pasa desapercibido; pero en una ciudad donde los árboles se cuentan con los dedos de la mano y que lo corten, es terrible”.
La bióloga Molina, hace referencia a un hecho histórico: “La ciudad creció y sigue creciendo sobre ecosistemas de manglar y bosque seco tropical”.
Es más, hace la interrogante de cuántos árboles se han talado para que Guayaquil tenga el desarrollo urbano actual. “Te has preguntado sobre ¿qué árbol se construyó la casa donde vives ahora?”.
Lorena de Janón, una urbanista que formó parte del estudio para la ejecución del sistema Metrovía, considera que “siempre se puede y se debe buscar una solución arquitectónica respetando el medio ambiente”, que hoy, más que nunca y de cara a enfrentar las consecuencias del cambio climático, es “imprescindible preservar lo verde, aunque sea de manera simbólica, como el añoso ejemplar de ceibo” de la avenida Quito.
Por su parte, Jaime Acevedo Gutiérrez, urbanista y consultor independiente, reconoce la importancia de una planta como el ceibo talado, pero entiende que por mantenerlo en ese lugar, no se puede impedir el desarrollo de una ciudad. “Lo importante es que se remplacen, que haya necesidad de trasladar o plantar. Los ecologistas pueden tener razón en algo, pero no puede impedir la ejecución de un proyecto”.
Cree que es importante defender, pero tampoco llegar al extremo de impedir el desarrollo de un proyecto que mejorará la calidad de vida de más de 40.000 personas, quienes se beneficiarán con la reducción de hasta dos horas diarias en sus viajes de la casa al trabajo.
VOCES Es posible que Guayaquil, con un buen plan de áreas verdes, puede construir y restaurar su bosque seco y su manglar y convertirse en la primera ciudad corredor biológico del país y del mundo. ¿No había otras opciones para colocar la estación? Así como a base de diseños forzados se implantó la Metrovia en la ciudad. La política ambiental que desarrolla el Municipio es de irrespeto ecológico. Hace dos años se opusieron a la tala de unos árboles, pero si hoy se sembraron muchos más de los que habían y se desarrolló un proyecto que está enfocado en la ciudad y en la calidad de vida.