Los artesanos decoran en sombreros sectores emblemáticos de Samborondón
Los adquieren llanos y plasman en ellos lugares icónicos de su cantón
Fernando Carrión Luna y su hijo de 20 años Jair Carrión García pintan sectores emblemáticos de Samborondón, como la iglesia Catedral Santa Ana, el parque Central y el Municipio, en sombreros de paja toquilla que son adquiridos en Montecristi y otros cantones de Manabí.
En su taller de pintura, ubicado en la ciudadela Antonio Hanna, todos los días desde las 4:30 am, con pinturas y pinceles en mano pintan las bellezas turísticas de la tierra que los vio nacer, e incentivan de este modo durante más de tres décadas la interculturalidad guayasense.
El cantón es visitado los fines de semana por diferentes turistas de Guayas, Manabí, Los Ríos y otras provincias, quienes vienen a comprar artesanías de barro como ollas, cazuelas y jarrones para preparar las comidas típicas de la Costa.
Estos artesanos también dibujan la majestuosa montaña del cantón, donde existe la leyenda de la niña encantada que se baña con un mate de oro en una laguna de la cima; el puerto de las canoas donde arriban los arroceros que sacan sus productos a lo largo del río Babahoyo; urbanizaciones y sitios turísticos que tiene La Puntilla, Tarifa y Boca de Caña.
Samborondón es la tierra de la alfarería, ahí se elaboran implementos que sirven para adornar los caballos en las cabalgatas que se realizan todos los años, rindiendo honor a todos los montuvios de la Costa, tal como lo hace un monumento que está ubicado en la vía a Salitre y en la parroquia La Victoria del Monte.
Esta tradición, que viene de generación en generación en la familia Carrión, ha llevado a la hija menor del conocido pintor a estudiar actualmente en un centro de arte de Guayaquil. Según la textura de los sombreros son los precios que van desde 16 a 20 dólares.
LA FRASE Hemos recibido felicitaciones de amigos de Italia, Nueva York y otros países que adquieren los sombreros