PAÚL GRANDA “No tenemos una agenda en materia económica impuesta por nadie”
En la oficina que tiene en el Palacio de Carondelet, Paúl Granda hace una revisión a los últimos incidentes políticos. − ¿No tiene la impresión que se ha complicado el panorama para el Gobierno con marchas en la calle y una popularidad de apenas del 38 %? − Cuando hay libertad e independencia de poderes es más complicado gobernar, porque si todos se pueden expresar con libertad hay un ejercicio pleno de democracia. − ¿El escenario ha cambiado? − Tenemos independencia de poderes, existe libertad para que las instituciones se pronuncien, tenemos una Asamblea con una composición de fuerzas políticas extremadamente heterogéneas, donde nadie tiene mayoría absoluta, eso hace que el nivel de deliberación política sea mayor. El Gobierno garantiza el derecho a protestar. − ¿Les preocupan las marchas? − La movilización del FUT no tiene nada que ver con la de los correístas que tuvo adjetivos, insultos y sin propuesta. La de los trabajadores, si bien no superó las 3.000 personas, la valoramos porque se plantean propuestas aunque en origen no estemos de acuerdo en que las decisiones económicas afectan a las grandes mayorías. No tenemos una agenda en materia económica impuesta por nadie. − ¿Pero son la prueba de que falló el diálogo? − De ninguna manera, los diálogos se mantienen pero los sectores sociales y políticos quieren mostrar una presencia de movilización social en la calle. No es que hubo una ruptura del diálogo. − ¿Con quién está dialogando el Gobierno? − Con todos los sectores, no solo los que están representados en la Asamblea, sino con los pueblos y comunidades, las centrales sindicales... − Pero en la toma de decisiones está más cerca de los empresarios... − Todo lo contrario. Por ejemplo, el incremento de la gasolina súper afecta a quienes más tienen. − Pero las críticas a la política económica salieron incluso desde el mismo gabinete, como el exministro Barrera... − Primero, nunca ha habido duda en el presidente y el gabinete sobre no afectar al sector social. Que en la discusión interna existan posturas de cómo ser mucho más óptimos en el manejo de la cosa pública, evidentemente. − ¿Cómo está la relación en el gabinete entre la izquierda y la derecha? − En el Gobierno puede haber distintos puntos de vista, incluso desde lo ideológico pero la línea del presidente marca la ruta. Si un ministro no sigue esa línea, sobra. − ¿Cuál es esa línea? − Somos un Gobierno progresista que garantiza los derechos, tendemos hacia la igualdad y somos pragmáticos en el manejo de la economía. − Desde el inicio del Gobierno ha habido más de 30 cambios en el gabinete, ¿hubo desacuerdos con esa línea? − Son varios factores. Algunos pasan por decisiones personales, otros por temas puntuales de manejo de ciertas coyunturas que generaron problemas. Los ministros somos fusibles. − Otra de sus tareas es la relación con la Asamblea y parecería que falla la coordinación como pasó con el veto a la ley contra la corrupción... − Siempre hemos procurado tener buenos niveles de relación y coordinación… − Pero parece que no lo logran... − Una ley no solo tiene una connotación política, sino tiene mucho de técnica jurídica y en materia jurídica hay divergencias de criterios. No es que haya una disputa. − ¿O les complica que los correístas presidan las comisiones más importantes? − No… es probable que algunas propuestas tengan un alto contenido político, no vamos a ser ingenuos, pero es bueno que exista un espacio de discusión jurídica, lo importante es que salga bien la ley.
Nuestra apuesta es que todos puedan expresarse, estén o no de acuerdo con las decisiones que toman las instituciones.
− ¿Usted tiene línea directa con la Asamblea? − Tengo un buen nivel de conversación con casi todos los bloques. Lo importante es que, en el contexto de la divergencia de criterios, podamos llegar a consensos. − ¿Es fácil conversar con ellos? − Tenemos la predisposición de hacerlo. No hemos tenido dificultad en hablar con asambleístas de diversa tendencia ideológica: PSC, CREO, Suma, con los independientes, incluso con los correístas.