¿De dónde lo sacaste? ¡ Y
a basta! ¿Hasta cuándo tenemos que seguir soportando esta podredumbre institucionalizada? digo institucionalizada porque quienes cometen las trapacerías son precisamente quienes se encuentran en ejercicio del poder. A los que les pagamos sueldo. Y no para que vayan a sobornar PPL y hacerlos cambiar sus versiones. Eso es un delito. ¿Podríamos haber ingresado a la cárcel usted o yo lector? No. La ‘asamble-lista’ solo pudo hacerlo por su condición de autoridad pública. Por eso “burló todos los controles”, como afirmó el secretario de la Política. No fue autorizada para ingresar en la cárcel cuatro. Es decir, que se valió de las prerrogativas que le confiere su cargo, para delinquir. Si no igual que a usted o a mí- no la dejaban entrar. Y lo más despreciable es que nos ofenda con el ridículo argumento de que se trataba de una “visita humanitaria”. ¿Dónde está la caja de galletas, miss Sophie? Y aquí, hagamos un alto para pensar: la visita humanitaria la hizo en compañía de una de las abogadas del millonario belga. O sea, ¿quieren hacernos creer que quien estuvo en la audiencia como contendora procesal de la exagente Diana Falcón estaba preocupada por sus condiciones humanitarias y por eso le llevó unos chocolates? ¿Hasta cuándo ofenden nuestra inteligencia? ¡Qué chueca, qué indecente que es esta gente! Es lo mismo que hacer una colecta entre los pobres migrantes para dizquepoder pagar a los filibusteros con título de abogado que vinieron a hacerse pasar por “observadores internacionales”. Mentira. Ningún abogado de ese nivel mueve un dedo sin pactar elevados honorarios y recibir un anticipo. Los 18.000 dólares de la colecta solo alcanzaron para los chocolates belgas que ahora come este. Es tonto querer hacerse el pobre, pues hay dos cosas imposibles de esconder: la tos y el dinero. Y cuando el miedo se impone y perdemos el control, el dinero fluye. El desliz de Mameluco solo revela que tiene hartísimo billete para montar una estrategia internacional que revele la supuesta “persecución política”. ¿De dónde lo sacaste, nuevo rico? Vergüenza debería darte.