Una estirpe bicentenaria
El linaje de los próceres de la independencia se extiende a siete generaciones ❚ EXPRESO ubicó a algunos de sus descendientes, habitantes de esta ciudad
Algunos de sus descendientes (puede que muy pocos) conservan aún uno que otro objeto de propiedad de quienes en su momento participaron en una de las más importantes gestas libertarias del continente americano, la del 9 de Octubre de 1820.
En algún lado de la casa de Marco Antonio Elizalde Icaza, se reserva un lugar especial para ubicar la espada y las mancuernas del traje militar que vistió en su momento uno de los héroes de octubre.
“Mi padre los conserva como objetos preciados no solo por pertenecer a uno de sus antecesores, sino por lo que ese personaje representa para la historia de esta ciudad”, argumenta Marco Elizalde Jalil, un abogado que se reconoce parte de la sexta generación de guayaquileños que, a 198 años de la gesta libertaria, llevan el apellido de uno de los próceres.
“Hay muchos descendientes de ese grupo histórico de guayaquileños”, dice Ezzio Garay, uno de los más importantes genealogistas de la urbe. “Hay quienes conservan el apelli- do. Otros ya no. Están los que descienden no de forma directa, sino por un pariente. Hermano, primo”. Y también genera orgullo ser parte de ese grupo de personas que organizaron y ejecutaron el más rápido y efectivo de cuantos levantamientos reivindicatorios se han llevado a cabo en América (se inició a las 22:00 del día 8 y se consumó a las 04:00 del 9). “Miro al pasado y reviso el presente y entiendo las razones por las que mi labor está vinculada con beneficiar al prójimo”, comenta Jorge de Garaycoa Feraud, el médico que presidió en ocho oportunidades el Colegio de Odontólogos del Guayas y en una oportunidad la Federación Odontológica Ecuatoriana.
Varios de sus antecesores participaron en aquel histórico hecho, como es el caso de Abdón Calderón Garaycoa, Francisco de Camba y Garaycoa, los hermanos Garaycoa y Llaguno.
Algo similar piensa Fernando Amador Arosemena, jefe de Transporte en la ATM, cuyo tatarabuelo fue hermano de uno de los próceres de 1820: Manuel José de Amador y Sotomayor Luna, quien murió soltero, según la información recogida por Ezzio Garay.
En algunos casos, la vida ha dado una gran vuelta para que se suscite el reencuentro de dos apellidos: Chambers Vivero.
Eso ocurre con una de las familias que en estos días tienen residencia en la ciudadela Santa Cecilia. “Provenimos del prócer Luis Fernando Vivero y Toledo”, explica Sandra Chambers, una abogada guayaquileña. Su predecesor, también abogado, tuvo seis hijos. Una de ellos, Eufigenia Segunda, se casó con el militar inglés Geo Chambers Stock, de donde provienen Sandra y sus dos hermanas.
“Mi padre se casó con mi madre, que también es apellido Vivero. Sabemos que ella, de alguna forma, también proviene de ese tronco generacional”, dice esta abogada.
Geo Chambers Stock, al igual que el patriota de octubre, destacó en su momento por su aporte cívico a Guayaquil.
En el sector de la ciudadela Kennedy Nueva reside uno de los seis hermanos Reyna Andrade. Alberto se acerca a los 90 años. Casado con Gladys Romero Pereira, tienen una hija: Elizabeth. Él se desempeñó durante seis administraciones municipales como secretario.
“Estuve en ese cargo en la época de presidentes de Concejo como Francisco Ferruzola Morlás y Víctor Emilio Estrada, además de otros cuyos nombres ya no recuerdo”.
Su hija es quien lo ayuda recordando ciertos detalles, como que por ejemplo el también capitán de altura se desempeñó como perito evaluador por muchos años.
Estos vecinos de la Kennedy Nueva descienden de Francisco de Reyna y Martos, un español que arribó al país en los años previos a la independencia.
“Los Reyna somos una familia que ha destacado en varios momentos de nuestra historia”, manifiesta la hija de Alberto.
Una de ellos, Margot Reyna Drouet de Cartwright, fue una reconocida poetisa. Hay quienes ocuparon cargos en el Banco Central y la Junta Monetaria. Y también se desempeñaron como gobernadores y diputados.