Un cura fue hallado muerto en Quito
El hombre de 62 años estaba maniatado junto a su cama
Una sábana azul era la única evidencia que los agentes de Criminalística sacaron de la habitación de Arturo Pozo, un sacerdote de 62 años, al norte de la capital.
Dentro de una vivienda de dos pisos, en la calle Últimas Noticias, fue encontrado el cuerpo del hombre con el rostro hacia el piso, además de las manos y los pies atados.
En la alcoba todo estaba en su sitio, incluso el teléfono móvil, la bolsa de las limosnas y la máquina para medir el azúcar en la sangre que pertenecían al cura, según la Policía.
Por versiones de vecinos del sector, un joven cuidaba de Pozo. Al parecer, él encontró el cuerpo ayer en la mañana cuando llegó a verlo.
Cristian Rueda, comandante del Distrito Eugenio Espejo, reveló que Pozo llevaba entre 24 y 48 horas de fallecido. Lo que llena de dudas a los investigadores es que pese a las ataduras y mordaza, el cuerpo del hombre no tenía golpes y en la escena no se halló cerraduras forzadas.
El parte policial confirma que la última vez que su cuidador lo vio con vida fue el sábado cuando partió a Santo Domingo a visitar a su familia. A su regreso (ayer) se encontró con la terrible noticia. El hombre lo había cuidado desde hace cinco años.
Al momento, la Policía continúa con las indagaciones para determinar las causas de la muerte y el móvil del hecho.