Pagó con la muerte las heridas que le causó en el cuerpo a su exconviviente
La investigación giraría en torno a quiénes golpearon al agresor
Los cortes en los brazos y otras partes del cuerpo evidenciaban el brutal ataque que recibió con un pico de botella Jéssica Marina Rezabala Ortega, por parte de su exconviviente Fabián Ramiro Quintuña Ávila, quien luego de unas horas de ser detenido murió en una celda.
El hecho violento inició al interior de una casa ubicada en el centro de la parroquia Puerto Bolívar de la ciudad de Machala, en la provincia de El Oro.
A las 02:00 de ayer, Jéssica descansaba en su habitación cuando fue sorprendida por su expareja, quien sin darle tiempo a nada procedió a cortarla.
Karina Bravo, vocera del Movimiento de Mujeres de El Oro, relató que al escuchar los gritos desgarradores, la mamá de la víctima se había abalanzado sobre él para que dejara de agredirla. Allí presuntamente otros miembros de la familia le cayeron a golpes, al ver a su parienta bañada en sangre y clamando que no la dejen morir.
Extraoficialmente se conoció que Quintuña, minutos antes de la arremetida, habría llamado varias veces a la mujer y, al no recibir una contestación favorable, fue donde ella. Antes de eso, supuestamente se embriagó para ‘armarse de valor’ e irla a buscar.
El coronel Víctor Tapia Duque, jefe de la Policía de la Subzona El Oro, detalló que tras ser detenido, Quintuña fue llevado a un centro hospitalario para un chequeo médico. Hasta ese momento se encontraba estable. Sin embargo, en una de las celdas de la UPC de Puerto Bolívar, comenzó a convulsionar, por lo que fue llevado hasta el centro de salud. Carmen Carrión, directora de la unidad médica, confirmó que el hombre llegó sin signos vitales. Detalló que presentaba un hematoma en el ojo izquierdo y que tenía suturas en otras partes del cuerpo, incluida la cabeza.
Agentes de Criminalística y el fiscal de turno recababan información de este nuevo hecho violento que deja marcada a una mujer y a su agresor camino al cementerio.
EL DETALLE Llaves. Fabián Quintuña habría tenido una copia de las llaves de la casa donde vive Jéssica y de allí habría tomado la botella de vidrio con la cual la atacó.