Diez calles de marcha y fiesta
Durante el desfile, que inició en las calles Víctor Hugo Briones y Capitán Nájera, los vecinos jugaron y se fotografiaron con los zanqueros que participaron del evento. también se apuraron en abrir o cerrar sus negocios.
Martha Noboa, quien a la altura de la calle Víctor Hugo Briones y Huancavilca, vende meriendas a partir de las 20:00, por ejemplo, alzó las puertas tres horas antes para atender a sus clientes, que según dijo se triplicaron. Carlos Villón, propietario de una mecánica, en cambio salió con siete compañeros a ver el espectáculo.
“No podía perderme esto, una comparsa que se ilumina solo con las estrellas y los postes”, manifestó, mientras decidía si hacer un asado o comprar unas cervezas. “Es claro que la noche va pa’ largo. Podemos armar lo que queramos al aire libre”, manifestó.
Para los estudiantes, quienes por el clima, por ratos frío- aplaudieron la idea de que el homenaje se haya realizado al anochecer, la jornada los hizo sentir como si estuvieran en una especie de feria. No solo porque entre calle y calle hubo kioscos que vendían algodón de azúcar y estands donde se podía jugar a la tómbola, sino porque al término de la marcha, cerca de las 20:00, estos fueron recibidos por mimos y zanqueros, música y serpentinas.