Azuay en emergencia por incendios forestales
El fuego ha afectado a cerca de dos mil hectáreas en diez de los 15 cantones de la provincia ❚ Los bomberos están exhaustos
Cuatro incendios forestales activos, que arrasan a su paso la flora y fauna nativa y primaria, mantienen a la provincia del Azuay en estado de emergencia.
Según el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos, en lo que va del 2018 se han destruido unas 1.620 hectáreas, trescientas de las cuales son el producto del fuego que casi incontrolable se registra desde el pasado 11 de octubre de 2018.
Las quemas más graves se han originado en Pavaurco y Chacanseo, cercano a la parroquia de Molleturo, por la vía Cuenca-molleturo-puerto Inca.
LA FRASE El fuego no solo quema la superficie, sino que el calor afecta a las distintas capas...
Desde el pasado domingo, 42 socorristas forestales trabajan en el control del fuego en ese sector; donde la fuerza y velocidad del viento quema la vegetación de forma rápida, manifestó Patricio Lucero, jefe del Cuerpo de Bomberos de Cuenca (CBC).
Detalló que, desde la madrugada de ayer, se ha coordinado el establecimiento de campamentos hasta lograr controlar y apagar los focos de fuego, que son múltiples.
Los otros dos fenómenos activos son el Bella Unión; zona de Chaucha y Guagua Corral en Pucará. La capacidad de atención a las emergencias forestales ha disminuido, expresó el jefe bomberil al reconocer que el personal está exhausto debido a que, desde el 11 al 14 de octubre han debido atender 26 incendios forestales, la mayoría graves en sectores inaccesibles de 10 de los 15 cantones del Azuay.
Las consecuencias de las quemas vegetales se sienten. “Se pierde el colchón natural que en épocas de lluvia absorbe el agua y evita eventuales inundaciones. Para la recuperación de un bosque deberá pasar cerca de cien años; es un proceso lento”, dice el ambientalista Carlos Moreno.
La flora y la fauna no se restablece. Son elementos nativos que con los incendios se extinguen. La erosión de los terrenos y suelos son acelerados; el fuego no solo quema la superficie, sino que el calor afecta a las distintas capas convirtiendo en zonas desérticas y donde no es posible sembrar ni cultivar por muchos años. Desaparece también de forma irreversible el hábitat de especies silvestres, agregó el experto.
De acuerdo a los registros de la Unidad de Monitoreo de Eventos Adversos de la Secretaría de Gestión de Riesgos, desde 2013 hasta la fecha, los incendios forestales han afectado 10.230 hectáreas de bosques, en la provincia del Azuay.
Eso, sin contar con las llamaradas que se mantienen activas en varias poblaciones.
LA CIFRA 10.230 HECTÁREAS de bosque se han destruido en cinco años, por los incendios registrados en Azuay.