La leyenda del padre Almeida en los pasillos de un convento
¡Hasta la vuelta señor! ❚ El conocido y popular relato capitalino deja una reflexión ❚ La historia fue representada por el grupo Leyendas Nocturnas
EL DETALLE Creencias. Se cuenta que el padre Almeida murió un Viernes Santo a las tres de la tarde, después de una vida de recogimiento y arrepentimiento. DRAMATIZACIÓN
Quito es una ciudad llena de historias y leyendas que traspasaron el umbral de los tiempos y persisten en la memoria de la gente; una de las historias más conocidas y comentadas por el mensaje implícito que lleva es la del padre Almeida.
Mientras dos frailes saltaban una tapia, uno de ellos, Manuel de Almeida, incita al otro a ir a la casa de su novia Catita, para pasar una noche de música y bohemia.
Tadeo, con algo de inocencia, titubea a la hora de abandonar el convento, pero Almeida lo convence. “Somos jóvenes, ya habrá oportunidad de arrepentirnos”, le dice.
Llegan a la casa de la muchacha, donde son atendidos por otro sacerdote. Entre tragos y guitarreada se rifan las limosnas de la iglesia de San Diego, convento al que pertenecen. Almeida, mientras sonríe lanza una carta de la baraja sobre la mesa, en un juego de cuarenta.
Varias noches pasaron así, hasta que el padre guardián descubrió las pillerías de los frailes y los castigó. Los mandó a azotarse en penitencia e hizo que las tapias del convento se levantaran un metro más.
Tadeo se arrepintió y dejó de salir de parranda en las noches de Quito, no así Almeida, que halló una ventana para escabullirse. Pero tenía que trepar por un Jesús crucificado que una noche le preguntó “¿Hasta cuándo Padre Almeida?” y el respondió “Hasta la vuelta señor”. Un poco confundido no hizo caso de la advertencia de la imagen religiosa. Sin embargo, vio a su regreso una procesión, un funeral que salía del convento. Levantó la sábana que tapaba al muerto y en él vio su rostro.