Sus manos alivian todo tipo de dolencias musculares
El emblemático personaje reside en Machachi ❚ No terminó la carrera de Medicina por falta de recursos ❚ Estudió Periodismo y ejerció en varios medios
EL DETALLE
para dar los masajes a los futbolistas, cuando tuvo tantas participaciones en eventos deportivos. MEDICINA ANCESTRAL
Javier Fajardo se considera a sí mismo como un “siete oficios y catorce necesidades”. El popular dicho lo aplica a su vida porque ha hecho de todo para sobrevivir en su natal Machachi, cabecera cantonal de Mejía, provincia de Pichincha.
Pero hay una ocupación que la realiza con mayor frecuencia y por la cual lo buscan muchos de sus coterráneos. Es sobador, una tradicional actividad que no solo se realiza en este popular sector sino también en muchas partes del país.
Puede decirse que es una suerte de medicina ancestral, la que se especializa en aliviar dolores musculares e incluso desviaciones de las coyunturas del cuerpo.
“He aprendido también a leer las radiografías. Cuando la cosa se pone más complicada, no meto mano”, admite con humildad. Masajes. Utilizaba todas sus técnicas
Su pasión por la ayuda a los demás nació desde que era muy joven. A los 15 años tuvo cierta inclinación por la Medicina, carrera que lamentablemente no pudo ejercer ya que sus padres no pudieron costearle los gastos.
Con el paso de los años, se fue perfeccionando, primero en el colegio. Las jornadas de clases eran extenuantes por los viajes a Quito y los regresos.
Luego se formó en Comunicación Social, en la Universidad Central de la capital, conocida antes como la Escuela de las Ciencias de la Comunicación.
Y en esos devaneos con la rama, se topó con la fotografía. Daba clases en la misma facultad, comenta mientras se alista para recibir a uno de sus tantos pacientes.
Trabajó en algunos periódi-