Preocupación por la ocupación del Cerro del Muerto
Los habitantes están en contra ante una posible venta de espacio
La paz que se respira en el legendario Cerro del Morro, ubicado en la parroquia del mismo nombre, está alterada y es motivo de agrias discusiones entre los morreños y el dueño de un proyecto agroindustrial, que se aspira a desarrollar en su entorno.
Los primeros alegan que el proyecto afectará el entorno del también conocido Cerro del Muerto; además dudan sobre la legalidad para la apropiación del predio.
Jaime Aragonés, presidente del GAD parroquial, considera que no serían válidas las escrituras exhibidas por Francisco Sepúlveda, impulsor del proyecto.
Se basa porque dice que el Municipio de Guayaquil les certificó que el cerro y sus predios no tienen dueño. Además que las supuestas escrituras están inscritas en el Registro de la Propiedad de Playas, cuando la parroquia pertenece a Guayaquil.
También que el proyecto estaría dentro del espacio de 55 hectáreas que los morreños solicitan a la dirección de Ambiente del Municipio de Guayaquil y a la Prefectura del Guayas lo declare zona protegida.
Sepúlveda defiende su proyecto y afirma que no afecta al cerro porque no está dentro de sus planes, al contrario, lo protege. Asegura que tiene permiso del Ministerio de Ambiente para sembrar uva, olivo y otros productos en la zona plana del cerro que compró; el resto, dijo, queda como zona protegida.
“El proyecto traerá desarrollo para la población a través de fuentes de trabajo y será un producto turístico agrícola”, remarca Sepúlveda, quien afirma que invertirá 6 millones de dólares.
Los morreños esperan el pronunciamiento del Ministerio del Ambiente.
En las 55 hectáreas que los habitantes solicitan sean protegidas están las tres elevaciones del cerro, los pozos de agua que tienen reconocimiento patrimonial por ser de origen Prehispánico y una rica biodiversidad con 52 especies de flora, 37 de aves 6 de mamíferos.