Un “crimen de odio” altera a Pittsburgh
El asesino de la sinagoga comparecerá hoy, acusado de 29 cargos
El asesinato de 11 personas en el ataque antisemita más mortífero en la historia reciente de Estados Unidos provocó una avalancha de condenas internacionales y advertencias sobre un aumento del discurso de odio.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, denunció el tiroteo como “un acto desquiciado de asesinato en masa”; mientras que el papa Francisco expresó su “cercanía con la ciudad de Pittsburgh, en Estados Unidos, y en particular con la comunidad judía, golpeada ayer (sábado) por un terrible atentado en una sinagoga”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, escribió en su cuenta de Twitter: “Todo el pueblo de Israel llora con las familias de los fallecidos. Somos solidarios con la comunidad judía de Pittsburgh. Somos solidarios con el pueblo estadounidense frente a esta violencia antisemita horrible”.
El Gobierno ecuatoriano, a través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, también condenó “la masacre” y se solidarizó con los familiares de las víctimas.
El autor de la matanza en una sinagoga de Pittsburgh, Rob Bowers, se enfrenta a la pena de muerte en un proceso que la Fiscalía enfoca como un crimen de odio y no como un acto de terrorismo doméstico, informaron ayer fuentes oficiales.
El atacante evocó “el genocidio y su deseo de matar judíos” durante el tiroteo, dijeron las autoridades estadounidenses, que confirmaron que los muertos ya fueron identificados.
Bowers debe comparecer hoy frente el juez, ante el que deberá responder por los 29 cargos presentados por la Fiscalía y que le pueden suponer la pena de muerte.
EL DATO Tributo. La iluminación de la Torre Eiffel se apagó ayer “en homenaje a las víctimas del ataque antisemita” de Pittsburgh, en EE. UU.