PERSONAS
800 Más o menos viven en Cerrito de los Morreños, una población a la que se puede llegar solo a través del río Guayas.
Cerrito de los Morreños ganó fama en 1933 cuando el ecuatoriano Demetrio Aguilera Malta publicó en Madrid la novela Don Goyo. Es la historia de Gregorio Quimí, el primer habitante de este destino. La obra describe a los hombres peces que viven en la isla y trabajan capturando cangrejos y pescados. Una escena que se mantiene hasta ahora. De tal manera que quien ha leído la novela, y viaja hasta el lugar puede ver directamente a los descendientes de Don Goyo.
El manglar se mantiene, porque ellos son los guardianes que impiden su tala.
Ver cómo ingresan al manglar y se visten de lodo para capturar los crustáceos es una escena que también facilita a los extranjeros.
La última visita de turistas que tuvieron fue en julio, llegaron 30 alemanes, dijo a EXPRESO Sharon Parrales, guía turística que vive en el lugar. Agregó que la comunidad está trabajando para desarrollar el turismo comunitario y de conservación en el lugar.
Se trabaja en varios frentes. Así han tomado contacto con el administrador de un hostal de Guayaquil, Ricardo Cevallos, para que promocione el destino. Cevallos tomó contacto con un programa de la Espae, que es para impulsar emprendimientos con impactos sociales y ambientales, Impulsum Ec. Esta plataforma recién se lanzó la semana pasada.
Por su parte, los dirigentes de Cerrito buscan el apoyo de los ministerios del Ambiente y Turismo, y de la Marina.
Y es que el proyecto está concebido, pero le falta nacer. Existen los ‘dolores de parto’, pero hay complicaciones. Entre ellas no existe una embarcación solo para los turistas. Ahora toca alquilar una de las naves que utilizan los cangrejeros para ir a su faena. Se viaja sin chalecos y se zarpa desde la cooperativa Fragata, un lugar donde no existe un muelle adecuado.
Otro inconveniente es que se debe mejorar la seguridad. El viaje desde Guayaquil a Cerrito de los Morreños es de una hora más o menos. EXPRESO hizo la travesía y en el trayecto no se vio el resguardo de las autoridades correspondientes.
En medio río Guayas, José Figueroa, cangrejero, dijo que el bote en el que se viajaba para hacer el reportaje lo habían recuperado recién. Días atrás lo habían robado junto con la pesca. “A nosotros nos dejaron botados en el manglar”, dijo. De tal manera que se espera que se mejore la seguridad para que este tipo de turismo nazca en Cerrito de los Morreños y se desarrolle.