CHARLAS
Las mesas redondas que se celebraron a lo largo del congreso ahondaron en las raíces culturales de la tauromaquia y la realidad de la tauromaquia en la actualidad.
Así, de entrada, con estos primeros datos, se podría concluir que la fiesta de los toros está viva de auténtico milagro. Por una vez que el Ministerio de Cultura decide celebrar un congreso para hablar de toros, el sector va y le da la espalda.
Cierto es que el programa era tan ambicioso y manifiestamente mejorable. No es viable condensar en dos días la trascendencia social, económica, turística, jurídica, histórica, patrimonial, cultural y popular de la tauromaquia. En cambio, contó con un buen plantel de ponentes, de alto nivel, formado por prestigiosos técnicos, universitarios y aficionados.
No es admisible, por otra parte, que un congreso en pleno 2018 no aborde los palpitantes y gravísimos problemas que sufre hoy la fiesta de los toros (con la salvedad de una parte de la mesa dedicada a la afición y los festejos populares) y que la han colocado en grave riesgo de desaparición.
Cierto es, también, que el congreso apenas contó con una mínima difusión antes y durante su celebración, como si Cultura tuviera interés en que pasara desapercibido.
Era un gesto de buena voluntad, fallido, pero una ocasión para el diálogo y la reflexión, también para la crítica, y para difundir nuevos vértices sobre la importancia trascendental de la fiesta de los toros.
Y el primero que no valoró el alcance del congreso fue el ministro José Guirao, que desa- provechó una magnífica oportunidad para demostrar que, aunque no le gusten los toros, estaba donde tenía que estar; y para algo más: para transmitir aliento a esos millones de aficionados que se sienten ninguneados y abandonados.
El Ministerio de Cultura carece de competencias en materia taurina, pero debe ser el garante del cumplimiento de la ley que considera la fiesta de los toros patrimonio cultural de este país. No se esperan de este departamento grandes decisiones que afecten a la promoción y difusión de la tauromaquia (carece de presupuesto e intención para poner en marcha el adormecido Plan Estratégico Nacional de Fomento y Protección de la Tauromaquia),