La planta san Pedro sirve a los chamanes en sus rituales
Se conoce que tiene poderes alucinógenos por sus componentes ❚ Su nombre original es aguacolla, pero con la colonización tomó el nombre de un santo
Dicen que tener un san Pedro en casa es signo de protección. Que los malos espíritus se alejan y las malas energías también, y que si no se marchita es señal de que todo está bien en el hogar.
Esta planta, que parece un cactus gigante, tiene varios miles de años. Pueblos originarios como los Quitu - Caras lo usaban, según cuenta el maestro Óscar Ortiz.
En épocas precolombinas, este cactus se utilizaba en todos los ritos de los chamanes de las tribus de entonces.
Consideraban que tenía propiedades mágicas o divinas, es así que su cultivo era controlado por los chamanes de las tribus y era llamada también achuma. Además fue usada en sus ceremonias religiosas por sus propiedades alucinógenas, debido a los alcaloides que contiene, especialmente la mescalina.
EL DETALLE Cactus. Es una planta columnar, es ramificada y su tallo es de color verde. Puede crecer más de 6 metros. Las flores nacen en la parte alta de los tallos.
Se la puede encontrar en la región sierra de países como Perú, Bolivia y Ecuador e incluso México. Tener una de estas gigantes plantas puede ser beneficioso, pues limpia las energías a su lado, según ancestrales creencias. Pero es necesario tratarla con respeto, como cualquier ser vivo, según el chamán. Dicen también los ‘mayores’ que el brebaje de san Pedro ayuda a mejorar el cuerpo y la mente.
Sin embargo, según el chamán, tomar el brebaje de esta planta no es un tema ligero, sino que quien lo haga debe tener una preparación previa de alimentación y meditación.
“Es una conexión con la naturaleza. Los pueblos originarios la usaban para elevarse”, comenta Ortiz.
Esta planta es además alucinógena, pues altera la conciencia. “Cuando la planta entra al cuerpo la persona entra en lo que se denomina trance, sale de esta realidad”, sostiene.
En este sentido, afirma que existe un reencuentro con las memorias e inicia un proceso de sanación, pero para ello quien la consuma debe estar consciente de direccionar el propósito de sanación.
Óscar explica que antes de la colonia era conocida como aguacolla, pero con la llegada de los españoles tuvo la denominación de san Pedro, esto debido al afán de arrancar todos los vestigios de la cultura indígena. “Los sacerdotes también la usaban para elevarse hacia Dios, por eso le pusieron un nombre cristiano”, comenta.
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