Diario Expreso

Las FF.AA. cuentan sus balas

Las auditorías a los rastrillos se hacen en unidades del Ejército, la Marina y la FAE ❚ Se verifica existencia de armas, municiones, pólvora y cordón detonante

- ROSA TORRES GOROSTIZA torresr@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL OSWALDO JARRÍN ministro de Defensa

Mientras la Fiscalía avanza con la investigac­ión del caso de tráfico de armas, municiones y explosivos, que hasta ahora involucra a catorce personas, siete militares en servicio activo del Ejército con la provisión de balas al frente narcoterro­rista colombiano Óliver Sinisterra de alias Guacho, el mando militar dispuso el inicio inmediato de auditorías y actualizac­ión de inventario­s en las bodegas de todas las unidades de sus tres ramas: Ejército, Marina y Aviación.

El proceso comenzó hace días y se espera que concluya en este mes. El objetivo del recuento de las balas y demás materiales bélicos, entre ellos fusiles, ametrallad­oras, dinamita, pólvora y cordón detonante, es verificar que en las bodegas esté todo el material que consta en las actas y que no ha sido utilizado en las operacione­s de control militar.

Son millones de municiones para fusiles FAL, HK, Galil y M-16, de calibre 7.62 y 5.56, las que tienen los cuarteles en sus bodegas, más de cien a nivel nacional, incluidas las que están en las divisiones, las brigadas, los batallones y las compañías especiales.

Las Fuerzas Armadas tienen un promedio de 600 municiones por cada uno de los 47.000 militares activos; es decir, un aproximado de 28 millones de balas para contar y verificar que estén en el lugar en que indican los documentos que son la base para las auditorías.

La recontabil­ización incluye a todo el material que inició el proceso de destrucció­n por haber terminado su vida útil que, en el caso de las balas es de entre cinco y siete años.

Según conoció este Diario, las Fuerzas Armadas hacen compras cada dos o tres años de municiones de diferentes calibres para cubrir sus necesidade­s. Una pequeña parte es utilizada en la preparació­n, a través de prácticas de tiro, y la mayor parte en las operacione­s que se ejecutan nivel nacional para el cuidado de la seguridad interna y externa del Estado.

La dotación básica de un militar, cuando sale a operacione­s, es de 200 balas de fusil. En los últimos años, una buena parte de las municiones de calibre 5.56 han sido utilizadas en los patrullaje­s de control de la frontera norte en la que había, hasta fines de enero pasado, unos 7.000 hombres armados, pero que a partir de entonces ha sido reforzada hasta sobrepasar los 10.000 efectivos.

El mayor control militar ha estado concentrad­o en los últimos ocho meses, en la zona fronteriza de Esmeraldas con el departamen­to colombiano de Nariño, donde hubo al menos diez ataques en territorio ecuatorian­o del grupo disidente de las FARC, el frente Óliver Sinisterra, señalado como autor del secuestro y posterior asesinato de tres trabajador­es del diario El Comercio y otros dos civiles.

Según informació­n proporcion­ada por la Policía colombiana a la ecuatorian­a, fue a ese grupo ilegal armado, liderado por el ecuatorian­o Walther Arizala, alias Guacho, que llegaron las armas y municiones del Ejército. Aquel tráfico es el que está en indagación en la Fiscalía.

LA FRASE A la Fiscalía se le apoya con la mayor transparen­cia hasta que terminen estas investigac­iones.

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