Posorja se mortifica por el triple crimen
La Fiscalía no pudo reconstruir el linchamiento de tres personas ❚ Los defensores de varios detenidos no llegaron a la diligencia
LA FRASE Mi hijo se ganaba la vida cargando gavetas de pescado y era el sustento de la familia. No mató a nadie. MARÍA ARROYO, madre de Danilo Angulo, detenido POSORJA
“Si esta cantidad de policías hubiera estado cuando se los llamó, no habría ocurrido ningún linchamiento”, comentaban los habitantes de Posorja, mientras veían a decenas de gendarmes que llegaban ayer a la parroquia rural de Guayaquil.
El contingente policial fue enviado para dar seguridad a la reconstrucción de los hechos que ocurrieron el pasado 16 de octubre, fecha en que dos hombres y una mujer fueron linchados por la turba, que los acusaba de un supuesto secuestro de dos niños. La policía confirmó que solo fue un robo.
Pero la presencia uniformada fue en vano. La diligencia señalada por la Fiscalía, cuyo inicio estaba previsto para las diez de la mañana, se suspendió media hora después por la ausencia de defensores públicos y particulares. El fiscal Francisco Freire, quien investiga el caso por el delito de asesinato, indicó que algunos llegaron cuando ellos se habían ido.
Los habitantes tenían muchas expectativas en la recreación de aquel nefasto día para el pueblo. Algunos esperaban ver a sus parientes o vecinos que están detenidos, para presentarles su apoyo y voz de aliento.
Entre ellos estaba María Arroyo, madre de Danilo Angulo, uno de los que guardan prisión por el triple crimen. La mujer reconoce que su hijo se subió al techo de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) para intentar sacar a los detenidos, pero asegura que no mató a nadie. “Mi hijo se ganaba la vida cargando gavetas de pescado y era el sustento de la familia. Yo no tengo plata para pagar abogados, por eso voy a morir de pena”, dijo la mujer. Esperaba que con la reconstrucción se den cuenta de que no mató a nadie.
En otra calle, los abogados Luis Eduardo Rivera y Bory Mite sostenían la inocencia de sus defendidos, Rolando Astolfo Coronel y Douglas Quiñones Macías. Afirmaron que el día del linchamiento ellos llegaban de sus faenas de pesca y se quedaron a ver lo que sucedía. Pero como aparecieron en los vídeos, los apresaron sin tener culpa de nada. Quiñones ni siquiera es de Posorja, sino de Playas, aseguraron los juristas.
Algunos pobladores, que omitieron su nombre, comentaron que si bien no todos participaron en el linchamiento, sí azuzaban a la gente para que los linchen y quemen. Entonces, todos tienen la culpa, sería un crimen colectivo, en el que pocos fueron los ejecutores. La Junta Cívica Popular de la parroquia organiza una marcha por la reivindicación de Posorja para este 16 de noviembre, a la que se unirán barrios, entidades educativas, entre otros.
Algunos dirigentes indicaron que buscan demostrar que Posorja es un pueblo de paz y armonía y de esa manera alejar esa imagen que se creó por lo sucedido. “Si el pueblo actuó (así) y supuestamente permitió un linchamiento, es porque está cansado del sistema de justicia, que está lleno de corrupción”, dijeron.