DE LOS AGRESORES
usaron un arma blanca para cometer femicidio; el 17 % emplearon armas de fuego.
En Cali, Colombia, sucedió algo similar que en el Puerto. Allá un grupo de hombres participó de un plantón llevando como calzado tacones, como muestra de empatía con la lucha frente a la violencia. Ciudades en Argentina, México, Venezuela, España, entre otros países, también protagonizaron marchas que congregaron a miles de personas.
En Guayaquil, organizaciones sociales, fundaciones e instituciones públicas unieron fuerzas para citar a cientos de personas paralelamente en una marcha que salió desde el parque Centenario y se asentó en la plaza San Francisco; con la finalidad de exponer los espeluznantes casos de abuso sexual a menores, femicidios, desapariciones y expresiones machistas, para así crear conciencia sobre esta problemática.
Guadalupe Castañeda, guayaquileña de 29 años que en el 2016 estuvo a punto de perder la vida luego de que su expareja la golpeara e intentara quemarla, también participó en el acto.
“Quien me atacó ahora está preso, pero las secuelas las mantengo. Me ha costado tanto recuperar la fuerza. Callé y eso fue lo peor”, advirtió la mujer, que llegó acompañada de su padre, quien reconoció ser ahora un “crítico del machismo”.
“Antes de lo que pasó lastimosamente pensaba diferente. Hacía bromas, ofensas que creía que no lastimaban. Tuvo que dolerme el alma para cambiar. Ahora trato de corregir a quien actúa mal, así sea con bromas aparentemente inofensivas”, manifestó.
Jairo Cuero, quien acudió al llamado, dijo estar allí porque está cansado de la ola de violencia que se experimenta en el país. “Yo perdí a mi hijo por eso, las diferencias entre mi expareja y su pareja generaron tal consecuencia. El machismo nos está aniquilando. Si no creamos una cultura de paz, todo empeorará”.
Para el psicólogo clínico Frank Armijos, el hecho de que cada vez más hombres reprueben el femicidio, maltrato psicológico, físico o verbal, surge porque en la sociedad se está viviendo otro tipo de masculinidad. “Se habla tanto del maltrato y hay tantas campañas, que la gente finalmente está reaccionando. Ya no hay ese machismo imperante que determinaba, por reglas, cómo deben ser el hombre y la mujer”.
Ahora ellos también cuestionan tales actos, agregó Lorena Armendáriz, psicoterapeuta de la ciudad. “Son ellos los que buscan romper estereotipos. Tienen claro que un hombre de verdad no ultraja a ninguna mujer”. Este mensaje, en el que coinciden los expertos, debe ser impartido desde la infancia, a través de la educación en los planteles y el hogar.
Paulo Domínguez, quien también se instaló en la plaza San Francisco, aplaudió la iniciativa de las faldas. “Que hombres vengan así vestidos evidencia que estamos en sus zapatos. Ojalá y el próximo año repitan el acto. Participaré. Y lo haré con mis siete primos, todos jóvenes, parte de esa generación que busca la igualdad”.
En Quito, Cuenca y Ambato se realizaron también manifestaciones en alusión a la fecha.