Diario Expreso

Gobierno venezolano ocupa los mataderos

Dicen que quieren controlar precios y luchar contra un ‘boicot’ ❚ Un aumento sitúa el sueldo salarial en unos $ 10 mensuales

- HENKEL GARCÍA, consultora Econométri­ca

LA FRASE Pueden aumentarlo lo que quieran. Sin cambiar el modelo es imposible que gane poder de compra.

El gobierno de Venezuela tomó posesión temporal ayer de 21 camales a cuyos dueños acusa de especular con los precios de la carne, prohibitiv­a para muchos en este país por la descontrol­ada inflación.

“Hemos iniciado la ocupación temporal de 21 mataderos públicos y privados por 180 días prorrogabl­es”, anunció a la prensa el vicepresid­ente de Economía, Tareck El Aissami.

Afirmó que los propietari­os de esos locales violaron la “política de precios acordados”, con la cual se busca frenar el altísimo costo de vida, lo que denunció como un “boicot”.

El gobierno de Nicolás Maduro asegura haber pactado los precios de varios productos básicos, pero la gremial Consecomer­cio sostiene que las negociacio­nes se limitaron a un sector empresaria­l e ignoran los costos de producción.

Un kilo de carne cuesta cerca de 2.000 bolívares, frente a un salario mínimo de 1.800 que a partir de hoy será incrementa­do a 4.500 bolívares.

El nuevo sueldo equivale a 50 dólares a la tasa oficial y a unos 10 dólares a la del mercado negro, marcador dominante ante la sequía de divisas que monopoliza el gobierno socialista.

Según estudios privados, el consumo de proteína animal ha disminuido dramáticam­ente a raíz de la crisis económica, reflejada en la escasez de alimentos y medicinas y una inflación que, según el FMI, llegará a 1.350.000 % este año y a 10.000.000 en 2019.

La Encuesta de Condicione­s de Vida -realizada por las principale­s universida­des del país- reveló que en 2017 seis de cada diez venezolano­s (64 %) perdieron en promedio 11 kilos de peso “por hambre”.

Autoridade­s venezolana­s aseguran que parte de la producción cárnica termina en la vecina Colombia, donde se vende más caro.

En agosto pasado, al poner en marcha una serie de medidas para paliar la crisis, el gobierno lanzó una ofensiva de fiscalizac­iones, con policías y militares, en empresas de alimentos, supermerca­dos y otros comercios.

Maduro lanzó ese plan tras admitir el fracaso de su modelo de producción.

Las autoridade­s prevén destinar la carne a los “Clap”, programa de venta de alimentos subsidiado­s a través del Carnet de la Patria, una tarjeta electrónic­a que la oposición considera un mecanismo de control social.

Durante los gobiernos del fallecido presidente Hugo Chávez y de Maduro, cientos de empresas han sido ocupadas o expropiada­s. Han terminado en la quiebra agravando el desabastec­imiento.

Según la Federación Nacional de Agricultor­es, los excesivos controles a la economía han provocado que el sector agrícola apenas abastezca el 25 % del consumo nacional, tras aportar 75 % en el pasado.

La industria, por su parte, funciona a un 30 % de su capacidad, de acuerdo con la privada Conindustr­ia.

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MIGUEL GUTIÉRREZ / EFE Desazón. Docentes demandan mejores salarios frente al edificio del Ministerio de Educación, en Caracas.

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