Macri insta al diálogo a un G20 muy alborotado
Un inusual temblor sorprende a los líderes en Buenos Aires ❚ Putin llega con espíritu combativo ❚ Miradas al príncipe saudí ❚ Trump se encara hoy con Xi
Y, de repente, tembló Buenos Aires instantes antes de que comenzara la cumbre del G20. Con Donald Trump, Xi Jinping, Vladimir Putin, Emmanuel Macron y Mohammed bin Salmán en la sala, un sismo de tierra tuvo origen en la periferia de la capital argentina.
No suele pasar; Buenos Aires es una zona de sismicidad muy reducida. Aunque fue de magnitud 3,8 en la escala de Richter, se produjo a solo 25 kilómetros de profundidad y cuando los países más poderosos del mundo ponían sobre la mesa, en el centro de convenciones Costa Salguero, posturas enfrentadas en el comercio y el cambio climático.
En ese sismo geopolítico mundial que se puede producir, sobrevuela el caso del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi el pasado octubre en la embajada de su país en Estambul, con Bin Salmán, el príncipe heredero saudí, señalado en la investigación por Turquía y la Inteligencia estadounidense.
Al presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, le tocó la tensa posición de ocupar la única silla situada entre la de Bin Salmán y la del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Y, entre acusaciones y preocupación internacional, lo primero que hizo Bin Salmán ante las cámaras al entrar en la primera sesión fue chocar los cinco con Vladimir Putin entre risas.
En el equipo de Putin no está, al menos para esta cita, Trump, algo que se certificó cuando el mandatario estadounidense canceló desde el Air Force One la reunión prevista entre ambos, en respuesta a las detenciones de buques ucranianos por parte de Rusia en el mar Negro. Putin llegó con espíritu combativo al denunciar las “prácticas viciosas” de las “sanciones unilaterales” y del proteccionismo comercial.
Trump jugará su partida principal hoy con el presidente chino, Xi Jinping, estoico y solitario en los primeros minutos de la cita argentina, un día antes de una reunión sobre la que el estadounidense expresó dudas a la hora de alcanzar el acuerdo comercial que el resto del mundo aguarda.
Todas las tensiones las intenta administrar el presidente argentino, Mauricio Macri, que arrancó su declaración como se esperaba, intentando ser una bisagra para encontrar consensos. “Hay que promover el diálogo que respete las diferencias e impulse acciones basadas en intereses compartidos”, dijo en su intervención de apertura.
En las calles, mientras tanto, decenas de miles de argentinos se manifestaron contra la cumbre del G20, en una Buenos Aires semidesierta y bajo un inédito dispositivo de seguridad que limitó al mínimo el servicio de transporte público.
Con grandes pancartas que dicen “Fuera Trump” y “Fuera el FMI”, los manifestantes recorrieron la céntrica avenida 9 de Julio, cuyas calles adyacentes fueron bloqueadas con vallas metálicas custodiadas por unos 2.500 agentes y guardias de infantería.
En lo que se perfila como uno de los pocos momentos de consenso, EE. UU., México y Canadá firmaron ayer un nuevo tratado de libre comercio.
Bautizado T-MEC por los mexicanos, el pacto reemplaza al TLCAN que regía el comercio entre estos tres países desde 1994 y que fue derribado por Trump. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo ayer que el renovado tratado comercial abre “una nueva etapa” en la relación con las naciones vecinas. En realidad es nueva, porque hoy entrega la banda al político de izquierda Manuel López Obrador.
EL DETALLE Tránsito. Debido a la cumbre, ayer fue declarado feriado en Buenos Aires y se suspendió el servicio de metro y de trenes locales. ACOGIDA