París busca respuestas tras el caos y la guerrilla urbana
412 detenidos y 133 heridos en las protestas más violentas registradas
El presidente francés, Emmanuel Macron, dirigió ayer una reunión de urgencia del Ejecutivo, un día después de una jornada de caos en toda Francia y violentas escenas en París, en plena escalada del conflicto de los “chalecos amarillos”, convertido ahora en grave crisis política.
Recién llegado de Buenos Aires, donde participó en el G20, el mandatario francés se trasladó al Arco del Triunfo, en los Campos Elíseos, uno de los lugares donde se produjeron las protestas más violentas, para recogerse ante la llama al soldado desconocido y para constatar los daños. Durante esta visita, algunos “chalecos amarillos” lo abuchearon.
Después dirigió una reunión de urgencia con algunos de sus ministros clave para hallar una respuesta a un movimiento que parece escapar a cualquier control.
El sábado, cuando aún ardían automóviles en París, Macron declaró desde Buenos Aires que “no aceptará jamás la violencia”, que “nada tiene que ver con la expresión de una legítima cólera” de los “chalecos amarillos”, que globalmente protestan contra el precio de los carburantes y la pérdida de poder adquisitivo.
En total, 412 personas fueron detenidas, “un nivel nunca alcanzado en las últimas décadas”,
DETALLES
informó ayer el prefecto de policía Michel Delpuech, y lamentó la “violencia extrema e inédita” contra las fuerzas del orden con “lanzamiento de martillos” y “bolas de acero”.
Unas 136.000 personas participaron en el tercer sábado de protestas organizadas en todo el territorio francés por los “chalecos amarillos”, alrededor de 30.000 más de las calculadas el sábado anterior.
Los disturbios, de una magnitud inédita en la capital francesa, causaron 133 heridos, entre ellos 23 de las fuerzas de seguridad, se informó.