River y Boca redoblan sus críticas a la final en Madrid y a la violencia de las barras
28 la vuelta de la final de la Copa Libertadores parecería poder concretarse, a 10.000 kilómetros de Buenos Aires.
MADRID ■ Rivales por excelencia del fútbol argentino, frente a frente para ganar la Copa Libertadores 2018, Boca Juniors y River Plate coincidieron ayer en lamentar nuevamente que el histórico partido se juegue en Madrid, a 10.000 km de Buenos Aires.
Si bien ambos clubes parecen haber aceptado ya la contienda en el estadio Santiago Bernabéu, el día de mañana, no se mordieron la lengua para criticar el traslado fuera de Argentina y la violencia que lo causó.
Se recordará “como una vergüenza, como la tremenda vergüenza del fútbol argentino”, afirmó el presidente de River, Rodolfo D’onofrio, en una entrevista en el diario español El País publicada ayer.
“Es lamentable. No aprendemos más. Parece que repetimos los mismos errores y lo que se daña es la figura del fútbol argentino y de Sudamérica”, aseguró el técnico xeneize, Guillermo Barros, en rueda de prensa desde Madrid.
Tanto D’onofrio como Barros aprovecharon para reclamar acciones para terminar con el problema de fondo, el poder de las barras bravas y la violencia en el fútbol de ese país.
“Necesitas tener la seguridad adecuada. Si yo me pongo en la calle a decir que no quiero que entren más al estadio amenazarán de muerte a mi hija, a mi mujer y a toda mi familia”, dijo el mandatario del millonario.
“Lo que pasó hace 15 días pasa mucho en el fútbol sudamericano y argentino. Es momento de tomar medidas y empezar a hacer ejemplo”, coincidió el entrenador xeneize.
Entre toda la controversia, parece difícil centrarse en el partido, seguramente el más importante de la historia de ambos clubes: una final continental entre los dos mayores rivales, nacidos en el mismo barrio de Buenos Aires.
“Hoy deberíamos estar hablando de cómo River y Boca están poniendo a Argentina en lo más alto posible y estamos hablando de violencia”, lamentó Guillermo Barros.