La comunidad china festeja la Navidad con 1.500 niños
Ayer, por cuarto año consecutivo, celebró la fiesta en Guayaquil
Sandra Briones, habitante de la ciudadela Las Orquídeas y madre de Noemí, de cinco años, no imaginó que la fiesta fuera así de grande. Ambas se encontraban ayer en el Palacio de Cristal, en el centro de la ciudad. Y lo que pensaron que sería un pequeño agasajo navideño para niños, se convirtió en una masiva celebración en la que hubo desde juguetes y dulces hasta zanqueros.
Los agasajados fueron 1.500 niños. La actividad fue organizada por cuarto año consecutivo por las organizaciones chinas de Ecuador con sede en Guayaquil, entre ellas la colonia china, que según lo explica su presidente, Eduardo Choi, tiene como objetivo compartir con la comunidad y paralelamente fortalecer los lazos de amistad con sus habitantes.
“A nosotros nos hace bien ser parte de esta tradición. Hoy (ayer) hemos regalado un poco de alegría a las familias, pero también hemos intercambiado cultura. Hemos participado en juegos y cantos, lo que nos pone también felices”, comentó Choi, a quien durante la jornada se lo vio no solo entregando los obsequios junto a otros cien miembros de la agrupación, sino también bailando con cada villancico.
Para Maritza Carrión, quien había llegado desde Las Acacias, sur de Guayaquil, invitaciones de este tipo le transmiten paz. Tiene 13 hijos y por la situación, explicó, en años como este no tiene qué regalarles. “Que alguien lo haga entonces significa mucho para mí. Sé que la Navidad no es eso, regalos; aun así, que tengan algo con qué jugar es agradable”.
Durante la jornada, a la que asistieron también representantes del Consulado General de China en la ciudad y del Municipio porteño, con el que se coordinó la lista de agasajados, entre quienes se encontraban menores con discapacidad, se realizaron diversos concursos que sacaron a relucir el talento de los visitantes.
“Yo puedo entonar hasta ‘Mi burrito sabanero’ en rap o hacer de la canción ‘Campana sobre campana’ una salsa”, dijo Melanie Viteri, antes de subirse a cantar sobre una tarima repleta de réplicas de Papá Noel, pastorcillos y personas disfrazadas hasta de galletas de jengibre.
Choi y Huanying Wang, vicecónsul de la República Popular de China, coincidieron en la idea de querer hacer de esta fiesta un acto benéfico que sea eterno. Que se repita cada año con los grupos más vulnerables.
EL DETALLE Meta. En el 2014 la celebración la iniciaron con 500 niños y este año asistieron 1.500. La colonia prevé realizarlo cada vez con más infantes.