Diario Expreso

Solskjaer, un ídolo para olvidar a Mou

- JORDI QUIXANO ■ EL PAÍS ESPECIAL PARA EXPRESO

E/ l primer día que llegó a Carrington, ciudad deportiva del Manchester United, se calzó las botas para salir al campo de entrenamie­nto. Los que iban a ser sus compañeros, sin embargo, pensaron que era un chaval de la cantera que tenía el premio de entrenarse con el primer equipo.

Minutos más tarde, entendiero­n que no era así, sino que era un delantero que se relacionab­a con el gol como pocos.

Era Ole Gunnar Solskjaer, apodado Baby-face Assasin (El asesino con cara de niño) porque era tan imberbe como excepciona­l, revulsivo que marcaba en los momentos críticos.

Como en la final de la Champions de 1999, cuando el Bayern tenía la final ganada hasta que Sheringham empató sobre la bocina y, en el último estertor del duelo, Solskjaer punteó un córner para dar el triunfo al United y, de paso, hacer que sir Alex Ferguson pasara la cartilla a todas las primeras ediciones de los rotativos, que no aguardaron al desenlace por la exigencia del cierre y dieron como campeón al Bayern.

Ahora, el noruego coge las riendas del equipo de forma interina hasta el final del curso tras la defenestra­ción de Jose Mourinho.

La relación de Mourinho con el United se había erosionado de tal forma que el técnico hacía un par de meses que no se hablaba con nadie de la entidad, ni siquiera con los otros entrenador­es del club. También estaba rota con el vestuario a excepción de sus soldados Lukaku y Matic.

Ahora ha llegado ese futbolista que casi nunca fue titular -la dupla Cole-york era intratable cuando se trataba de atender a los centros laterales de Giggs y Beckham-, pero que se ganó a la afición con sus goles y comportami­ento, siempre con una sonrisa y encantado de ayudar a su querido club, por más que de pequeño paseara por las calles de su ciudad natal con una camiseta del Liverpool.

Nada que estropeara el cariño de los red devils como quedó demostrado en 2005, después de salir de una grave lesión de la rodilla que le mantuvo 19 meses parado. Ese día fue convocado por el entrenador del equipo de Reservas, que jugaba ante el Liverpool en Hyde United Stadium.

Una cita importante por la rivalidad entre clubes, pero un caos porque en el estadio cabían 4.000 personas y llegaron unos 15.000 hinchas del United para volverle a ver. Y, aunque volvió a jugar con Ferguson, ya nunca más volvió a ser el mismo Ole, retirado en 2007 tras cuatro años de lesiones.

Se quedó en la Academia del United como formador hasta que en 2010 le llegó una oferta por el Molde noruego, donde logró las dos primeras ligas del club, además de una Copa. En 2014 aterrizó en el Cardiff galés. “Le gustaba el juego en las áreas y prefería la contra porque no presionába­mos arriba”, cuenta Juan Cala, a quien dirigió en el Cardiff.

Un estilo que casa con la filosofía del United -aunque también exige fútbol por los costados-, tan alejada de la propuesta de Mourinho, que anteponía dejar la portería a cero antes que destrozar la contraria. Solskjaer, el viejo ídolo, tiene unos meses para reconquist­ar Old Trafford.

2 CLUBES dirigió Ole Gunnar Solskjaer antes de llegar al Manchester United: el Molde noruego y el Cardiff galés. El exjugador del United toma un nuevo reto, ahora como técnico, en el equipo de sus amores y al que le dio grandes alegrías

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