La Fiscalía acusa a Temer de corrupción
El todavía presidente de Brasil es imputado por irregularidades en el sector portuario ❚ Por ahora, el mandatario guarda silencio
La fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, ha presentado el miércoles cargos por corrupción y blanqueo contra el presidente del país, Michel Temer, en el marco de una investigación sobre un decreto relativo a una concesión de puertos. El Ministerio Fiscal acusa a Temer -que en dos semanas cederá el testigo al frente de la nación más poblada de América Latina al ultraderechista Jair Bolsonaro- y a otras cinco personas más por corrupción activa y pasiva y blanqueo de dinero tras la investigación, iniciada en 2017, según el diario Folha de S. Paulo.
Según la denuncia, empresas como Rodrimar, que opera en el puerto de Santos, se beneficiaron de un decreto aprobado por Temer. Entre los imputados figuran responsables de esa empresa y de otra, Argeplan, así como el antiguo asesor presidencial Rodrigo Rocha Loures. Según la Fiscalía, en el marco de estas operaciones se habrían visto afectados 32,6 millones de reales brasileños (algo más de 8,3 millones de dólar). Temer no va a pronunciarse por el momento. En un comunicado, el Palacio de Planalto aseguró que el mandatario demostrará en los tribunales que “no hubo irregularidad en el decreto de los puertos, ni beneficio ilícito a ninguna empresa”.
La policía investiga a Temer por, supuestamente, aceptar sobornos a cambio de ayudar a dar forma a un decreto que regula los puertos de Brasil y en particular por extender concesiones en el recinto portuario de Santos para beneficiar a un ramillete de compañías. Las propias fuerzas de seguridad brasileñas recomendaron en octubre que Temer, su hija Maristela, su exasesor Rodrigo Rocha Loures y otras ocho personas se enfrentasen a cargos y que sus activos fuesen confiscados por su papel en el supuesto blanqueo de dinero de sobornos a través de transacciones inmobiliarias. El Congreso Federal votó dos veces el año pasado para impedir que Temer fuera sometido a juicio por tres acusaciones de corrupción presentadas en su contra.
Temer, el exvicepresidente de Dilma Rousseff que asumió el cargo en el 2016 después del impeachment a la entonces presidenta, ha insistido en reiteradas ocasiones en su inocencia. El mandatario brasileño se ha enfrentado a varias acusaciones de corrupción, pero no puede ser procesado mientras esté en el cargo, a menos que el Tribunal Supremo decida retirarle su inmunidad. El mandato de Temer termina el próximo 1 de enero y con ello su inmunidad.
La fiscal Raquel Dodge pide, según el comunicado del Ministerio Público, que la acusación sea encaminada a la justicia federal de Brasilia a partir del 1 de enero.
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