El femicidio cobra una nueva víctima en el cantón Naranjito
El agresor usó un arma blanca para acabar con su exconviviente
Con sus manos ensangrentadas y con aliento a licor, Néstor Raúl Lucero Enríquez permanecía junto al cuerpo de su exconviviente, Ángela María Mosquera Ibarra, de 27 años.
Sobre el piso de la sala del departamento, la mujer yacía en medio de un charco de sangre y con varias heridas de arma blanca en el tórax.
Los gendarmes y moradores pidieron la presencia de una ambulancia, pero los galenos solo confirmaron el deceso de la madre de una niña de dos años, que también estaba en el lugar de los hechos.
La noticia sobre el asesinato de quien tenía poco menos de tres meses viviendo en la ciudadela San Enrique se conoció inmediatamente. Las vecinas, entre lágrimas, lamentaron lo sucedido.
Todo esto mientras el agresor era retirado del sitio a bordo de un patrullero para iniciar con el proceso investigativo.
Agentes de la Dinased Milagro llegaron junto al personal de Criminalística para levantar los indicios encontrados junto al cadáver de Mosquera Ibarra, quien era oriunda de la provincia de Los Ríos. Cerca de la medianoche de ayer, los agentes llevaron el cuerpo de la víctima hasta la morgue de Milagro, en donde efectuarían una revisión más detallada para determinar con exactitud el número de puñaladas que recibió por parte del padre de su hija.
Ante la falta de un familiar cercano, personal de la Dinapen se hizo cargo de la menor de edad. Por su parte, el jefe del Distrito Policial de ese cantón, Ángel Andrade, indicó que serán las pericias de los investigadores las que esclarecerán el móvil del hecho. No obstante, por la información emitida por los familiares se presume que el crimen se produjo por problemas de pareja.