Un bosque se viste “de oro” en el sur del país
Los guayacanes del cantón Zapotillo, en Loja, son un imán de turismo
Las primeras lluvias de invierno sobre un bosque seco en el cantón Zapotillo, en el sur del país, alientan el surgimiento de las flores amarillas de cientos de guayacanes, convirtiendo a 40.000 hectáreas en un manto color oro que cautiva a miles de turistas e inspira a artistas.
Esa explosión de vida y color ocurre normalmente una vez al año y dura máximo ocho días, por lo que las autoridades de Zapotillo han preparado rutas para los turistas, ferias culturales y promocionan emprendimientos.
Según el Municipio de Zapotillo, gracias a las lluvias, ahora el florecimiento de los guayacanes “será como regalo de fin de año”. En 2017 visitaron la zona unas 10.000 personas, dice Ana María Chalán, técnica de la unidad municipal de Turismo.
Aunque hay guayacanes en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Los Ríos y El Oro, Ana María Chalán, técnica de la unidad municipal de Turismo explica que el florecimiento más llamativo se da en las parroquias Bolaspamba, Mangahurco y Cazadero.
El guayacán es el centro de atención por estos días en Zapotillo, cerca a la frontera con Perú. El cantón forma parte de la reserva de la biósfera declarada por la Unesco en 2015.
Ahora, los visitantes pueden incluso acampar en la zona donde hay baños y duchas, dar paseos en bicicleta, a caballo y también “apadrinar” un guayacán en Zapotillo, donde, además, se conquista la retina del visitante con sus coloridas artesanías, y su paladar con platos típicos, como el chivo al hueco, nombre que hereda de su forma de preparación.