Política, economía y carbono en 2019
Para muchas economías mundiales, mercados financieros, jefes de gobierno y entidades encargadas de cumplir políticas de emisiones de gases de carbono, 2018 no acabó bien. Las huellas de la crisis financiera, la Gran Recesión global y las tendencias de cambio estructural de largo plazo en lo económico, tecnológico, cultural y demográfico han dejado a amplias franjas de la población con la sensación de ser marginadas en lo político, menospreciadas en lo cultural y/o perjudicadas en lo económico. Y sus líderes han quedado profundamente debilitados. En Alemania, la canciller Ángela Merkel, líder de facto de la Unión Europea, tras su decisión en 2015 de acoger a más de un millón de refugiados en Alemania quedó tan herida que decidió no buscar la reelección como líder de su partido ni como canciller cuando acabe su mandato en 2021. El sentimiento antiinmigración no se confina a Alemania. Desde Italia a Polonia ha ayudado a los partidos políticos populistas a acceder al poder y en el Reino Unido dio paso al ‘brexit’. Hoy las encuestas señalan a Jeremy Corbyn, líder de extrema izquierda y aparentemente antisemita del Partido Laborista, como más probable sucesor de la primera ministra Theresa May. En Francia, el presidente Emmanuel Macron, saludado alguna vez como el próximo líder de facto de Europa, enfrenta una ola de protestas y disturbios civiles. Un aumento al impuesto a los combustibles presentado como un impuesto verde generó las llamadas protestas de los Chalecos Amarillos. En Canadá el primer ministro Justin Trudeau enfrenta una reacción contra el impuesto federal al carbono que se ha implantado a cuatro provincias canadienses y le podría costar el cargo el año próximo. El aumento de las tensiones entre los gobiernos nacionales y regionales es una de las más importantes tendencias globales de los últimos años, aunque la menos comentada. Las medidas climáticas también están enfrentando viento en contra en otros lugares. En la Conferencia sobre el Cambio Climático de NN. UU. (COP24) en Katowice, los negociadores apenas acordaron un manual para implementar el acuerdo climático de París y una metodología consistente para medir avances. Muchos países están atrasados en el cumplimiento de sus compromisos (que, incluso de cumplirse no bastarían para lograr los objetivos de emisiones globales). En EE. UU. a muchos les preocupa el aumento de las tasas de interés, el crecimiento a la baja en el exterior, las últimas tendencias del ciclo económico y de mercado y los aranceles aduaneros implantados por Trump, sobre todo contra China, país donde el crecimiento se ralentiza, aumentan las disputas comerciales con EE.UU. y los reclamos globales sobre ciberespionaje, transferencia forzada de tecnología y la ambiciosa política industrial Hecho en China 2025. Las recalibraciones políticas en las principales economías del mundo resaltan los límites al nivel y ritmo de inmigración que una sociedad puede absorber sin perturbaciones excesivas; a la voluntad de los ciudadanos de obedecer las reglas de un gobierno centralizado, y la tolerancia pública de la debilidad económica. En 2019 los líderes deben centrarse en asuntos internos del día a día de sus ciudadanos, al tiempo que avanzan hacia modelos políticos más flexibles y descentralizados capaces de gobernar poblaciones diversas.
...las tendencias de cambio estructural de largo plazo en lo económico, tecnológico, cultural y demográfico han dejado a amplias franjas de la población con la sensación de ser marginadas en lo político, menospreciadas en lo cultural y/o perjudicadas en lo económico’.