Un sueño que se cumplió en el aire
Una aerolínea local regaló a dos menores de Daule un paseo en avión
Johnny y Nayelly pasaron el control del aeropuerto internacional José Joaquín de Olmedo de Guayaquil con muchos nervios.
Antes de subirse a un avión por primera vez, con destino a Quito, los niños -de 11 años de edad cada unocomentaban lo que creerían que verían o sentirían en cuanto la aeronave despegara. “Me han dicho que me va a doler la panza”, decía Johnny riéndose.
El nerviosismo lo compartían con sus mamás, quienes los acompañaron en esta travesía y para quienes fue también el primer vuelo de sus vidas.
De padres agrícolas y originarios de Los Quemados, ubicada en el cantón Daule, los menores tenían el anhelo de volar alguna vez. Y como regalo de Navidad, la aerolínea Latam -en coordinación con la fundación Acción Solidariadecidió cumplirles el sueño.
Mientras el aeroplano se elevaba, Johnny lanzaba gritos de emoción. “¡Las casas se ven chiquititas desde acá arriba!”, decía, señalando las construcciones lejanas desde la ventana. Su madre, al lado de él, soltaba un par de lágrimas al ver la alegría de su hijo.
Nayelly, en cambio, observaba en silencio y con una sonrisa el paisaje que iba quedando atrás.
Ya en el aire, la capitana Andrea Santana, piloto del vuelo, saludó a los pequeños a través del parlante mientras daba la bienvenida rutinaria a los pasajeros que los acompañaban.
Luego de aproximadamente cuarenta minutos, el avión aterrizó en el aeropuerto Mariscal Sucre de la capital.
Allí, los organizadores tenían preparadas varias actividades para los pequeños pasajeros. Primero, los niños, sus mamás y miembros de la fundación compartieron un almuerzo. Este terminó con una celebración especial para Johnny, quien el día anterior había cumplido sus 11 años.
Johnny y Nayelly pudieron, además, conocer todos los detalles de seguridad y los rincones más importantes de la terminal aérea. El recorrido por el aeropuerto inició por los controles de seguridad y pasó por las distintas puertas de embarque. Visitaron también a los bomberos del sitio, que les explicaron cuál es su labor e hicieron una pequeña muestra de cómo funcionan los camiones de agua que utilizan cuando se presentan emergencias.
Luego del paseo y las risas fue hora de retornar a Guayaquil, en el vuelo XL1379.
“Damos gracias a Johnny y Nayelly, dos niños muy especiales que nos acompañan en el vuelo de hoy”, los despidió el capitán Fernando Torres, que pilotó la aeronave de retorno, mientras los niños miraban las nubes desde sus asientos.