Correa y sus troles niegan las evidencias
El debate en las redes sociales no pasó de la semántica ❚ El expresidente no fue capaz de desmentir los datos del informe
En la batalla semántica que se desató luego de que el presidente Lenín Moreno anunciara los resultados del estudio técnico efectuado a cinco de las megaobras emblemáticas del gobierno anterior, Rafael Correa se alzó con la última palabra. No se habría conformado él con otra cosa. “Conclusión tuiteó triunfalmente el expresidente luego de la rueda de prensa de las autoridades energéticas-: JAMÁS hubo informe de la ONU”. Y es cierto: informe de la ONU no hubo. Pero tanto da: las cifras del informe son escandalosas. Y esas, no solo que no las pudo desmentir, sino que parece confirmarlas.
En efecto, en la andanada de tuits con que reaccionó ayer a la publicación de los resultados del informe, el expresidente reconoce, por ejemplo, que el costo de la repotenciación de la Refinería Esmeraldas pasó de 754 a 2.323 millones de dólares. Nomás que él no lo llama sobreprecio. En cambio, de los 650 millones de dólares adicionales que el Gobierno tendrá que invertir para poner en funcionamiento los cinco proyectos que ya costaron el doble de lo que debían, Correa no dice nada. Y así, con el expresidente sentado en sus reales y lo que queda de su ejército de troles amplificándolo, el expresidente aspira a mantener en la opinión pública la ilusión de que los resultados de un informe técnico, que son definitivos, todavía están sujetos al debate político.
El tema mantuvo a los correístas ocupados en redes sociales desde el pasado 3 de enero, cuando Lenín Moreno se presentó en cadena nacional de radio y televisión e informó sobre la existencia del informe técnico al que llamó, con la imprecisión que lo caracteriza, “una evaluación de las Naciones Unidas”. En realidad el informe pertenece a tres empresas internacionales contratadas con el apoyo y la supervisión del organismo más confiable de las Naciones Unidas: el PNUD. En ese error, y no en los resultados escandalosos del informe, se centró buena parte de la campaña correísta.
Durante estos cuatro días hubo incendiarios mensajes del excanciller Ricardo Patiño, agresivos intercambios de tuits entre el expresidente Correa y el secretario de Comunicación, Andrés Michelena, aclaraciones de las Naciones Unidas y, por parte del correísmo, enrevesadas explicaciones sobre por qué los “2.500 millones de dólares de sobreprecio” que el presidente Moreno atribuyó a las cinco obras bajo análisis no son, en realidad, un sobreprecio.
Se llegó al extremo de comparar la repotenciación de la Refinería Esmeraldas con el arreglo de un auto. “Para los limitaditos les explico despacito”, decía un mensaje masivamente compartido en redes: “digamos que voy a reparar la bomba de agua de mi carro y me dicen 750, y aprovechando que está ahí mismo el mecánico hace cambio de correas, transmisión, frenos”, etc. Total: 2.100. “¿Hubo sobreprecio o contratos complementarios?”.
A este tipo de argumentos, repetidos hasta el hartazgo durante cuatro días, se sumaron ayer temerarias acusaciones, como la del abogado del exvicepresidente Jorge Glas: “Habría que establecer si aquí existe peculado”, dijo a propósito de los 3,3 millones de dólares invertidos en la contratación de las tres empresas internacionales a cargo del informe técnico.
Lo que no hubo, hasta el cierre de esta edición, ni por parte del expresidente Rafael Correa ni de ninguno de los suyos, fue argumentos técnicos de descargo que desmientan uno solo de los datos aportados por las autoridades energéticas y los representantes del PNUD. Cuatro días de ruido en las redes sociales se redujeron a eso: valoraciones semánticas.
EL DETALLE ¿Informe de la ONU? El PNUD no se responsabiliza de los resultados del informe, pero sí avala la contratación de las empresas que lo realizaron. ¿PRIVATIZACIÓN?