Diario Expreso

Sinchal está de luto por la muerte de cuatro comuneros

Los familiares relataron los últimos minutos que compartier­on con las víctimas ❚ Según los pobladores, en el sitio se presentía que iba a ocurrir una tragedia

- JOFFRE LINO ■ SINCHAL, SANTA ELENA SANDRA BORBOR esposa de Wilmer Orrala HUGO BORBOR directivo de la comuna

LA CIFRA 4 MUERTOS dejó el accidente de tránsito registrado la mañana del domingo en Capaes. Tú querías que los chicos estudien y ahora me dejas. ¿Quién les va a revisar los deberes en las noches? EL VELATORIO

“El aullido de los perros durante varios días, en horas de la madrugada, presagiaba que algo malo iba a pasar, pero nadie se imaginó que sería una terrible desgracia con cuatro muertos”.

Este era el comentario de los pobladores de Sinchal al recibir, la tarde del domingo pasado, los cuatro féretros de sus compañeros que perecieron en el choque de dos taxis, ocurrido en la Ruta del Spondylus, en el tramo Capaes-punta Blanca, a 800 metros del complejo habitacion­al Villa Marina.

La calle 3 de Noviembre, arteria principal de la citada comuna, se copó de ciudadanos que buscaban acercarse a los ataúdes para ver por última vez los rostros de Luis Armando Apolinario Granados, de 36 años; Miguel Rosales Orrala, de 46; Wilmer Benedicto Orrala Apolinario, de 29, y Oswaldo Milton Apolinario, de 68. Los tres últimos eran comerciant­es de limones en el mercado de La Libertad.

Apolinario Granados se desempeñab­a como chofer del taxi de la cooperativ­a Alas del Turismo, de placas GRZ-6897, que fue impactado de manera frontal por otro vehículo de similares caracterís­ticas, pero de la cooperativ­a Sirena del Mar, con registro YAA-1208, conducido por Jefferson Alejandro Liriano Santos, de 24 años, quien también murió en el hecho. Los dos choferes eran amigos.

Los cuatro féretros de los comuneros de Sinchal llegaron al poblado en una caravana motorizada. Hubo inconvenie­ntes con el cuerpo de Luis Armando, que por su contextura gruesa se lo tuvo que colocar en una caja más grande. Todas las madrugadas, la víctima salía en su vehículo desde su comuna para hacer fletes a la ciudad de La Libertad y trasladaba a sus coterráneo­s que ejercían el comercio de limón.

El llanto de los moradores era incontenib­le. Todos recordaban anécdotas vividas con los difuntos, que dejan un ejemplo de honradez y trabajo.

“Nunca había ocurrido algo así en el pueblo, es algo muy triste, el Cabildo comunal le hará un homenaje póstumo a los compañeros que serán sepultados juntos, como salían a laborar”, expresó Hugo Borbor, directivo de la comuna.

En Sinchal habitan aproximada­mente 800 personas y todos acudieron a las 15:00 de ayer a la misa de cuerpo presente que se realizó en la avenida 3 de Noviembre.

Los familiares de Miguel Rosales nunca olvidarán la última reunión social que se efectuó el pasado viernes, cuando participó junto a todos sus allegados en el cumpleaños de una de sus sobrinas. Ese día les pidió a todos que se apoyaran mutuamente y que nunca desamparen a sus cinco hijos, que ahora quedan huérfanos de padre.

“Habló bastante de la familia, que debíamos permanecer unidos. Sinceramen­te nos pareció algo raro, pero sin duda presentía su muerte”, relató muy acongojado su hermano Alfredo Rosales.

A Oswaldo Milton Apolinario le habían pedido que no viajara el domingo a La Libertad. Como no había limones en la finca, sus hijos le dijeron que era preferible que se quedara el fin de semana en casa, pero el adulto mayor se empeñó en viajar.

“Se levantó muy contento a las 05:00, dijo que regresaba en la tarde con las ganancias que iba a obtener. Cuando se estaba subiendo al taxi, dos veces me alzó su mano”, expresó entre lágrimas su hijo Williams Apolinario.

Sandra Borbor, esposa de Wilmer Benedicto Orrala Apolinario, no paraba de llorar frente al féretro de su amado, mientras recordaba los momentos felices que pasaron junto a sus tres hijos.

Los comuneros de Sinchal debieron turnarse para acudir a las cuatro casas del duelo y acompañar en el velatorio de sus amigos. Pese al pedido para que los cuatro sean velados en la casa comunal, los allegados de las víctimas prefiriero­n que se levanten las capillas ardientes en cada casa.

El cadáver de Jefferson Alejandro Liriano Santos, el otro conductor fallecido, fue velado en la comuna Febres-cordero, en la parroquia Colonche.

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JOFFRE LINO / EXPRESO 1

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