La muralla y los muros
Cuando los chinos construyeron su famosa muralla, que de monumento defensivo pasó a convertirse ahora en un atractivo turístico, lo hicieron para impedir que los agresivos pueblos sitos al otro lado de su larga frontera, sobre todo los hunos, pasaran poco a poco, como migrantes, o agresivamente de golpe y porrazo, para imponerse en son de invasores primero y luego de conquistadores. La historia nos da a conocer que a pesar de la extensión y el alto de la soberbia muralla, de todas maneras la invasión se produjo porque el ingenio humano suele vencer hasta lo que parece imposible. Y los invasores pudieron obviar la muralla para manejar el gobierno de Pekín durante un buen tiempo.
Y como la historia tiene la mala costumbre de repetirse, ahora se da una situación parecida al otro lado del océano Pacífico, en la hasta ahora nación más poderosa del mundo, cuando el atípico mandatario Donald Trump tiene en mente la obsesión (que promete hacerla una realidad a muy corto plazo) de construir un largo y ancho muro, imitando a sus hoy rivales comerciales chinos, para evitar que los nuevos hunos, que son los miles de migrantes centroamericanos (que esta vez han formado larguísimas caravanas, recorriendo “a pata” miles de kilómetros) se sigan introduciendo en territorio gringo en busca del trabajo y la seguridad que les niegan en sus empobrecidos y tercermundistas países. Y esta repetición del pretérito se tornaría peligrosa para los autores del proyecto, por supuesto, al poderse dar el mismo caso del odioso Muro de Berlín, pues su derrumbe a fines del siglo pasado significó no solo el fin de la Guerra Fría sino también la caída de todo el mundo comunista en Europa del Este, que había sido organizado por la hoy también capitalista Rusia, que en ese entonces, desde la Revolución de Octubre se denominaba la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, o sea la URSS.
Y por el hecho de que las alambradas y la movilización de miles de soldados no ha terminado con la gran diáspora migratoria, Trump insiste en la necesidad del muro entre Estados Unidos y México, aunque se enfrente a la cerrada oposición de los demócratas, que ha decidido decirle “no” a todo lo que proponga el mandatario republicano.
La historia nos da a conocer que a pesar de la extensión y el alto de la soberbia muralla, de todas maneras la invasión se produjo porque el ingenio humano suele vencer hasta lo que parece imposible’.