Un entorno repleto de polvo
Así, como en la gráfica, viven los vecinos entre las manzanas 6 y 30 de Sauces 1. En algunos puntos, el terreno es tan frágil que los postes corren el riesgo de virarse.
Aunque a los habitantes -que hasta entonces han sido los únicos de Sauces 1 que no estaban urbanizados- aún no conocen a ciencia cierta qué pasará con las calles de tierra, puesto que aún nadie se lo ha dejado claro, afirman; Manuel Bermeo, fiscalizador de la obra, dijo a EXPRESO que se colocará concreto.
Además dijo, que a lo largo de cuatro meses, que es el plazo que tienen para trabajar, van a colocar alcantarillado, instalar luminarias y harán una zona de parqueo, también de concreto, en un espacio aproximado de 2 metros de ancho por 12 de largo.
Para Carlos Guerrero y Adrián Lima, también residentes, de cumplirse todo, de renacer el vecindario, el entorno no solo mejorará, sino también la salud de los vecinos. Ambos, que han residido en el lugar desde que nacieron, coinciden, han desarrollado una serie de alergias y han sido propensos a contagiarse de otras enfermedades.
“En esta época abundan los mosquitos porque todo se llena de maleza. Nosotros siempre cortábamos el monte, pero volvía a crecer. Y los insectos se te metían a la casa, aumentando así el riesgo de enfermarte de dengue, al igual que el polvo. Hubo días que no sabía qué era peor”, lamenta Guerrero, quien admite sentirse aún un tanto incrédulo respecto a los trabajos.
Y es que son tantas veces las que el personal del Cabildo ha ido a medir los terrenos y a inspeccionar las áreas y luego no se ha hecho nada, explica, que teme que ahora pueda pasar lo mismo.
“Muchas veces se dijo que íbamos a ser intervenidos, pero al final nunca pasó nada. Hubo vecinos que murieron sin ver el cambio en su cuadra. Es triste. Solo no quiero que eso pase ahora. Ojalá y el Municipio cumpla lo planificado”, resume.
Alexandra Laborde, presidenta del consejo barrial de Sauces 1, destaca de esta lucha, que duró años, que los habitantes hayan afianzado sus lazos.
“Sin pensarlo, nos convertimos en una hermandad”. Un grupo, que reconoce con orgullo, la integran también los niños y docentes de las dos escuelas que forman su entorno, y los feligreses de la iglesia San Miguel Arcángel que allí se levantan, y asimismo se vieron afectados.
“Por años fuimos invisibles.
AMBIENTE Debido a que los caminos internos son irregulares, más de un adulto mayor ha evitado salir de casa. La obra les permitirá recorrer su zona, hacerlo finalmente sin ponerlos en riesgo Fueron 4 décadas de esfuerzo y tantas las familias que por años lucharon por esta obra, que finalmente se hace realidad. Estoy realmente emocionada, muy feliz. Con la obra esperamos que todo mejore, que las ambulancias puedan ya entrar. Y es que por lo feo que es el camino, no lo hacían. Nadie podía movilizarse.
Fue gracias al trabajo en conjunto que salimos adelante. Aquí actuamos como amigos, compañeros, hermanos”.