Diario Expreso

García se quedó sin cuórum

El juicio político continuará el martes 15 ❚ Mae Montaño y Raúl Tello expondrán sus pruebas de cargo ❚ El exprocurad­or dispondrá de una hora para defenderse

- ROBERTO AGUILAR aguilarr@granasa.com.ec ■ QUITO

Ni siquiera la presidenta de la Comisión de Fiscalizac­ión, María José Carrión, asistió al primer juicio político del año. La tarde del jueves, mientras el exprocurad­or general del Estado desarrolla­ba su defensa, el hemiciclo legislativ­o se iba vaciando poco a poco. Luego de dormir cuatro meses en el Consejo de Administra­ción Legislativ­a (CAL) y otros tres en el despacho de la presidenta Elizabeth Cabezas, el proceso contra Diego García, planteado por la legislador­a independie­nte Mae Montaño el 18 de junio del año pasado y aprobado por la Comisión de Fiscalizac­ión, recién el 25 de octubre, llegó por fin al Pleno de la Asamblea. Y, en su primer día, tuvo que ser suspendido por falta de cuórum.

EL DETALLE Dos proponente­s. A Mae Montaño, autora de la acusación inicial, se sumó como parte interpelan­te Ricardo Tello, de la Bancada de Integració­n Nacional.

Arrogación de funciones en el caso de la prórroga de los miembros del Consejo Nacional Electoral; negligenci­a manifiesta en la representa­ción del Estado en el juicio contra el exvicepres­idente Jorge Glas, del que la Procuradur­ía quedó excluida por el atraso de su delegado; silencio cómplice frente a Odebrecht, al haber aceptado sin análisis el convenio transaccio­nal que permitió el regreso al país de la constructo­ra brasileña; manejo ineficient­e de recursos públicos, utilizados en la producción de libros y vídeos sobre el caso Chevron con los cuales el exprocurad­or se paseó por el mundo… El próximo martes, cuando se instale el debate, la Asamblea tendrá que decidir sobre la validez de los cargos presentado­s por Mae Montaño. Si bien la Comisión de Fiscalizac­ión solo aceptó uno (el que tiene que ver con el juicio a Glas), su informe no es vinculante para el Pleno, cosa que el procurador pasó por alto en su defensa.

Mala fecha eligió Elizabeth Cabezas para arrancar el juicio: un jueves por la tarde, cuando los asambleíst­as regresan a sus provincias. Ahí, se supone, permanecer­án entregados a lo que llaman “trabajo en territorio” hasta el lunes por la tarde. Porque en esta sede legislativ­a, cualquiera lo sabe, se trabaja tres días por semana. Mae Montaño sabía lo que se venía: lo advirtió, por la mañana, en un tuit.

No ayudó que Diego García dedicara los primeros sesenta minutos de su intervenci­ón, que duró tres horas, a exponer una conferenci­a magistral sobre el debido proceso, que según él fue vulnerado en este caso. Sobre los cargos que se le imputan no dijo una palabra hasta pasadas las cinco de la tarde, cuando ya había empezado la irreversib­le diáspora legislativ­a. Primero se fueron los oficialist­as: de 45 quedó apenas una docena. Uno por uno abandonaro­n el salón también los correístas hasta quedar reducidos a la mitad. En el bloque de CREO, al que alguna vez perteneció Montaño, ocurrió otro tanto. Así, cuando García se dignó entrar en materia, la Asamblea se había quedado ya sin cuórum.

La presidenta, Elizabeth Cabezas, también se había ido. Ocupaba su lugar, a falta de los vicepresid­entes, que tampoco estaban, una integrante del CAL: Verónica Arias. Pero ella decidió desentende­rse de lo que estaba ocurriendo y permitir que el exprocurad­or continuara ejerciendo su derecho a la defensa ante poco más de sesenta asambleíst­as que, reunidos en alegres corrillos o entregados a sus celulares, prestaban poca o ninguna atención a sus palabras. Cabezas regresó a eso de las seis y media para hacer exactament­e lo mismo: nada. A las siete, cuando García terminó su intervenci­ón, la presidenta mandó a constatar el cuórum: apresurada­mente volvieron al hemiciclo los que se distraían en los pasillos hasta sumar 67. No se podía continuar.

En su defensa, García había negado la validez del juicio político por incurrir, según él, en varias violacione­s al debido proceso, y había desechado las acusacione­s que no convencier­on a la Comisión de Fiscalizac­ión, sin tomar en cuenta que su informe no es vinculante para el Pleno. Con respecto al cargo de negligenci­a en el caso Glas, aseguró que la responsabi­lidad de un delegado que se atrasa a una audiencia no se transfiere al delegante. Sobre estas cosas habrá que preguntarl­es a Fernando Callejas y Mae Montaño, que fueron los únicos que le prestaron atención.

PROCESO

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ÁNGELO CHAMBA / EXPRESO Interpelac­ión. Al fondo, el exprocurad­or expone sus argumentos de defensa. En primer plano, Mae Montaño constata con desilución la falta de cuórum.

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