MURRAY, EL DOLOR LE OBLIGA A IRSE
Con el habla entrecortado, tratando a duras penas que su discurso progresase, Andy Murray anunció en Melbourne que esta será su última temporada como tenista profesional.
El escocés, de 31 años y profesional desde hace 14, admitió que ya no puede con el dolor, que no desea continuar sobre las pistas sin reconocerse a sí mismo, el único tenista que verdaderamente ha sido capaz de tutear a los tres gigantes – Roger Federer (20 majors), Rafael Nadal (17) y Novak Djokovic (14)– y que en medio de la tiranía ha sido capaz de arrebatarles tres Grand Slams, e incluso sentarse en el trono mundial durante 41 semanas.
Murray, sencillamente, ya no es Murray desde hace un tiempo, de modo que prefiere detenerse y acabar.
“No muy bien”, se arrancó el de Dunblane cuando le plantearon qué tal se encontraba. “Todavía puedo jugar, pero no al nivel que quiero. Siento mucho dolor y no quiero continuar así. Lo he intentado todo, pero no ha funcionado. En diciembre hablé con mi equipo y les dije que no podía seguir así”, explicó el británico en una conferencia de prensa en la que aparentemente solo iba a comentar sus sensaciones antes de competir en Melbourne, donde en la primera ronda se medirá al castellonense Roberto Bautista en el que, tal vez, pueda ser el último partido de su carrera. “No sé cuándo se irá el dolor que tengo, necesito terminar. Ahora que he tomado la decisión, me gustaría llegar a Wimbledon, pero no estoy seguro de que vaya a poder hacerlo”, prolongó Murray, que en enero del curso pasado fue al quirófano para reparar su maltrecha cadera izquierda, origen y final de sus males, pero no el único, puesto que la espalda también le obligó a someterse a cirugía en 2013 y detenerse durante un periodo significativo.
Entre lágrimas, el escocés abandonó la sala de prensa de Melbourne Park dándole más y más vueltas a la cabeza. Paradójicamente, su calvario comenzó justo después de tocar el cielo, cuando había alcanzado su punto más álgido entre 2016 y 2017.
Entonces, de noviembre a agosto, ocupó el número uno del circuito de la ATP y aprovechó los lapsus de Federer, Nadal y Djokovic para convertirse en la principal referencia.
Murray, uno de los cuatro grandes, perdió ante el dolor.
Un problema en la cadera y otro en la espalda adelantaron el retiro de uno de los cuatro gigantes