La Sultana de los Andes y su tradición de los Pases del Niño
En Riobamba se extienden hasta el 31 del presente las peregrinaciones ❚ Cada entidad participante bautiza a la imagen con distintos nombres y formas
VENERACIÓN
El fervor religioso de los riobambeños tiene un punto relevante que se expresa en la realización de los pases del Niño, una tradición que se extenderá hasta el 31 de enero de este año. Familias, grupos e instituciones organizan cada año la novena, el pase y la misa en honor al nacimiento de Jesús.
La acogida es tanta, que cada entidad bautiza a la imagen con un nombre relacionado con su procedencia u oficio. Están, por ejemplo, el Niño Cubanito, el Niño Danzante, el Niño Electrónico, el Niño Cementero y así por el estilo...
Esta tradición es considerada como la mayor demostración de fe de la ciudad, lo que impulsó que se la declarara como Patrimonio Inmaterial del cantón, y que el Ministerio de Cultura la incluyera dentro de la lista del Patrimonio Inmaterial Cultural del Ecuador, el pasado mes de octubre.
Según la descripción de esta manifestación, contenida en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Ecuatoriano, cada uno de los pases que se realizan en Riobamba, tienen el mismo nivel de importancia. “Todos guardan la esencia cultural de la devoción al Niño, razón de ser de la manifestación y motivo de su actual vigencia”, señala.
Existen pases de todo tamaño, desde los considerados pequeños -por lo general los familiares- los institucionales, gremiales y de centros educativos.
Esto ha dado paso a infinidad de nombres para las imágenes que lideran estos actos. La declaratoria cantonal ha hecho más visible la diversidad de nombres de las imágenes.
Pero como esta fiesta tiene como antecedente la religión católica, el obispo de Riobamba, Julio Parrilla, hizo la aclaración debida. “Riobamba, creo, necesita una guardería de tanto niño que se escucha. Pero el Niño Jesús es uno solo, a Él está dedicada y es en su honor toda esta fiesta por la fe que profesamos”, aseveró el prelado, quien participó activamente con una de las figuras más emblemáticas de la ciudad, como es el Rey de Reyes Chimborazo, que el pasado 5 de enero cumplió su pase con 70 delegaciones nacionales e internacionales.
No obstante, cada fiel tiene su advocación de preferencia. Por ejemplo, Moisés Pacheco el domingo 6 cargaba su letrero y, presuroso, llevaba de la mano a sus nietos y sobrinos, vestidos con el traje del perro, un personaje encargado de salvaguardar la integridad de la imagen durante el pase. “Bailamos para darle gracias, por la vida, el Niño es uno solo y a Él le dedico mi baile”, acotó. La familia de Moisés participa en uno de los pases que más gente aglutina, tanto en participación de paseantes como de público, se trata de la imagen del Rey de Reyes del barrio Santa Rosa.
Pacheco sigue estas actividades desde hace 55 años, cuando heredó la costumbre de su fami- lia . “Tengo a mi madre de 96 años, cieguita, pero me acerco y ella me reconoce y me canta. Veo bailar a mis nietos, a mi familia, les abrazo todos los días, qué mayor milagro puedo agradecer”, dijo Moisés.
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