Un ritual al santo patrono
1.Peregrinación. Los pobladores llevaron la imagen del santo, vestidos con coloridos atuendos en los desfiles. 2. Niños. Los menores también fueron parte de la ceremonia religiosa. 3. Bandas. Los músicos fueron entonando sus melodías, animando el ambiente en las calles de la localidad. mía, paisajes y la rica historia cultural y ancestral del cantón.
Marco Jara, patateño y devoto de la imagen, sostuvo que el santo es muy milagroso, y que siempre que los fieles tienen algún problema, acuden a él, porque saben que encontrarán la solución.
Durante el desfile también se mostró la producción agrícola del cantón; sus frutas y platos típicos, como las mandarinas, chicha de uva y las arepas de zapallo.
La fiesta religiosa y ancestral tiene una ceremonia como pregón. Es un ritual para rendir honores al Señor del Terremoto. En el “Valle de la Eterna Primavera”, la práctica es reunirse en minga a la recolección de ramas secas, para la tradicional chamiza.
La Comisión de Chamiza y sus integrantes se encargan de recolectarla. Lo hicieron hace tres semanas y consiste en cortar los arbustos que servirán para quemarlos en la noche.
“Los ‘chamiceros’ se reúnen desde muy temprano, acompañados de sus herramientas: machetes, barras, cuerdas, picos y palas para conseguir los mejores ejemplares de esas plantas”, dijo Juan Soria, seguidor del patrono.
Estos arbustos son cortados de los terrenos de personas devotas, quienes los regalan sin ningún interés ajeno al cumplimiento de la tradición. La chamiza se presenta en el último bloque del Desfile de Integración Cultural.
La devoción comenzó el 4 de febrero de 1797, fecha en que un indígena encontró la imagen del patrono enterrada, después del sismo de la misma fecha, que asoló a la región central del país. El fenómeno natural fue uno de los más fuertes registrados en la historia y el epicentro fue Pelileo y Patate. Se cree que murieron 327 personas, quienes representaban más del 50 % de habitantes en esa época.