El nudo gordiano venezolano
El actual grado de complejidad de la crisis venezolana muestra que su solución no reside en el país. Por supuesto, sin Juan Guaidó y su valiente decisión de cumplir con lo dispuesto con la Constitución de su país, asumiendo la presidencia encargada y sin la organización de la oposición venezolana que ha demostrado estrategia y madurez política, no estaría planteado un desenlace. Pero lo que lo vuelve laberíntica a la salida es la participación de actores fuera de Venezuela que insisten en la negociación pese a la cuota de muertos diarios entre niños, ancianos o enfermos por la crisis humanitaria.
El primero de esos actores es Cuba, que maneja la inteligencia y el poder militar del régimen de Maduro y que desde la época de Chávez ha controlado al país llanero. Ahí está la explicación de por qué los militares venezolanos no pueden dejar de seguir sosteniendo a la dictadura ni plantear una salida democrática por el bien de su país que se destruye. El problema para el actual régimen cubano es doble si Maduro tiene que abandonar el poder de facto que aún le queda: el económico por la pérdida de su mayor socio económico que le provee de la mayor parte de combustible para su supervivencia en la crisis económica en que vive, y la reducción de su esfera de influencia política que se contrae cada vez más.
El segundo de estos actores importantes es la Unión Europea a través del Grupo Internacional de Contacto que estaba intentando aprobar en Montevideo una salida política. De acuerdo a un reciente artículo del experto Fernando Mires, la insistencia de algunos países europeos en llegar a una salida “pacífica, política, democrática y venezolana”, no tiene que ver con la ingenuidad. Saben que Maduro lo que busca desesperadamente es ganar tiempo y no está dispuesto a entregar el poder. Lo que les mueve es el temor de una intervención militar de Estados Unidos, que tendrían repercusiones en Europa, por ejemplo en Ucrania por parte de Rusia. Planteadas así las cosas, la salida es la propuesta del Grupo de Lima. Si es que Maduro sale.
Lo que les mueve es el temor de una intervención militar de EE. UU., que tendrían repercusiones en Europa’.