“Necesitamos personas que rescaten los principios de verdad”
Don Ramón de Campoamor:” Y es que en el mundo traidor/ nada hay de verdad ni mentira:/ todo es según el color/ del cristal con que se mira”. La viveza criolla: La verdad es decir lo que me conviene”. Manifestación impúdica de algunos avivatos. Resultando hoy paradójico que las mentiras sean las únicas verdades. Lo grave es que no hay quién (quiénes) se atrevan a dilucidar poniendo una gota de ética e imparcialidad para que brille la verdad.
En la ciudadanía está latente una zozobra colectiva por la producción de denuncias no puestas en firme ante la justicia, así como declaraciones que quedan flotando en el ambiente sin una fehaciente muestra de comprobada veracidad. Sin particularizar solo tratando de avizorar una luz ante la serie de mentiras que se escucha, que, da la impresión que se está corroyendo el poder de discernimiento de la ciudadanía.
Quiérase que no sea esto parte de una estrategia política, si fuese así es una acción equivocada. Comprendiendo que al pueblo se lo puede engañar al principio, pero cuando comienza en conciencia a caer en cuenta que lanzan proyectos, programas de créditos, de ayudas sociales que el ciudadano con sentido común y un poco de sensatez los considera irrealizables. Pierde la confianza en sus gobernantes luego no les cree el rezo del bendito.
Bajo la concepción arriba descrita es necesario que aparezcan adalides que rescaten los principios de la verdad, de aquella verdad destinada a beneficiar.
César A. Jijón Sánchez