La casa ideal
En San Valentín unos decidieron dar peluches, otros chocolates y unos cuantos cartas, sin embargo, hay quienes fueron más allá y aprovecharon la festividad del amor para comprometerse y por qué no casarse. De hecho, del total de matrimonios celebrados en el último año, el 8 % se dio en febrero, según el INEC.
Y entonces viene la búsqueda. Así como el vestido, el salón o la comida son importantes, también lo es saber dónde vivir, una vez casados. Según la arquitecta y docente Silvia Alcívar, en la casa ideal para los que inician la travesía de la convivencia se debe “reflejar la personalidad y cultura de la pareja. No obstante debe ser cómoda, acogedora, que invite a la estancia y el compartir con familias y amigos, curiosos de conocer el nuevo nido de la pareja.”
Además, considera que, antes de adquirirla, se analice que el costo sea accesible a las posibilidades de la pareja, se examine el contexto social-cultural de los futuros vecinos, que cuente con redes de infraestructura básica así como redes de nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC). Añade también que lo idóneo es un “diseño descomplicado, moderno y de líneas minimalistas”.
Con ello concuerda el diseñador de interiores Elias Diab, quien también recomienda acudir a un especialista “que entiendan las necesidades del cliente y las transforman en arte”.
Diab también sugiere que se preste Menos es más. Aunque la idea de una gran casa puede emocionar a los futuros esposos, es primordial que se evalúe si se necesita tanto espacio. Los lugares Hay que saber cuáles son los espacios que necesitan y el tamaño de ellas. Puede priorizarse la extensión de la sala, sobre la cocina, por ejemplo. Punto medio Además de los aspectos internos de la casa, se debe analizar el tiempo de recorrido a los espacios más frecuentes como trabajo, universidad o casa de los padres. Iluminación La luz permitirá resaltar los atributos de la casa. Por ello, es importante evaluar el tamaño y ubicación de las ventanas así como el de las lámparas que se usarán.
ORIGEN La fiesta se originó en honor a Valentín, un sacerdote cristiano que casaba a los soldados en secreto y contra la prohibición de matrimonios, impuesta por el emperador romano Claudio II.