Vecinos de Salinas recelan de las aguas estancadas
Las aguas lluvias se acumulan en las calles del balneario y desembocan en el mar ❚ Prevalece el mal olor ❚ Las autoridades descartan un foco infeccioso
¿Pero qué pasa con la contaminación? Las playas no están contaminadas, advierte. “Las descargas son solo de aguas lluvias y nada más, jamás se mezclan con las residuales, puesto que tienen conexiones independientes (ver subnota). Y si en el camino se revuelven con otras sustancias, como tierra, heces de animales o hasta animales muertos, con la salinidad estas pierden su efecto contaminante [DEPI1] ”.
César Proaño, director provincial del MAE, no profundiza en el tema, pero advierte que las playas, hasta la fecha, no son un foco infeccioso para el hombre. “Los controles que mensualmente realizamos confirman que el nivel de contaminación, tanto de las aguas de los colectores como del océano, está muy por debajo de los índices permitidos”. Aun así, advierte, hace falta hacer conciencia ambiental.
Y no solo porque las especies marinas puedan estar en peligro (ellas, como se ha evidenciado a nivel mundial, son las víctimas del plástico y los desechos); sino porque las personas, pese a que tampoco se ha reportado ningún caso, podrían desarrollar alguna infección dermatológica. “Si las ratas, perros muertos, aceites y demás van a parar al mar, uno sí se podría enfermar”.
Ante ello, si bien no tienen fecha prevista para iniciar el proyecto, Roca adelanta que en conjunto con el Cabildo se prevé que todas estas aguas pluviales puedan a futuro desembocar en la Estación Sur, ya existente, ubicada en Mar Bravo, otra playa, pero no utilizada por los bañistas.
“Al momento, las aguas lluvias de algunos barrios ya descargan allá. Lo que queremos es crear esas conexiones, que costarían alrededor de $ 12 millones. Lo estamos estudiando”.
Para el guayaquileño Gastón Alcázar, quien tiene un departamento en el sector de San Lorenzo, esta obra le daría tranquilidad. “Si en el mar hay mar y nada más, nos sentiríamos mucho mejor. Y es que ver las calles colapsadas o saliendo de un tubo, rumbo a donde horas más tarde mis hijos van a nadar, sí me hace desconfiar. Incluso pensar que estoy nadando entre las aguas residuales de todo el cantón”.
LAS IMÁGENES