Diario Expreso

INTERESES

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La cercanía a la política, gratitud hacia los candidatos, el interés social... motivan a la gente a unirse a las campañas y colaborar agitando banderas, pegando stickers...

Está listo. Con la voz de la candidata, el joven (graduado en Relaciones Públicas) arranca hacia la vía Panamerica­na Norte. Por largos minutos flamea la bandera sin parar. Los carros que pasan, al menos a 60 kilómetros por hora, pitan en señal de apoyo. Él se emociona y continúa.

Al cabo de una hora, recibe una nueva instrucció­n. Debe regresar a la sede porque la candidata irá hacia Malchinguí, a unos 40 minutos de Tabacundo, y lo necesita. Se embarca en un carro y, con todos los implemento­s, avanza hacia su nuevo destino: una parroquia de unos 4.000 habitantes.

Mientras tanto, cuenta que fue su tío Juan Carlos quien lo impulsó a meterse en las campañas políticas. Que entre los ciudadanos ya no se ve a tantos agitadores de banderas (habla de Quito), porque “las campañas se han digitaliza­do”. Que su experienci­a en esta rama le ha permitido conocer el país...

Al llegar a Malchinguí sigue agitando la bandera. Pero esta vez también debe ir pegando adhesivos en las ventanas de las casas donde la gente accede a respaldar al partido. Y carga una cámara de fotos con la que debe ir inmortaliz­ando cada paso de la jornada...

Trabaja en una agencia, pero las campañas le llaman. Tanto, que en alguna ocasión aplazó su semestre de estudios porque las elecciones se le cruzaban. No habla sobre si le pagan o no. Eso sí, asegura que están muy pendientes de su movilizaci­ón y alimento. Afirma que está allí por amor a la camiseta.

Algo parecido ocurre con Juan Carlos Morales, de 37

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